Tras el millonario despunte del Paris Saint-Germain en el futbol europeo, cortesía de Nasser Al-Khelaifi y el Qatar Sports Investments, parecía que el Mónaco se convertiría indiscutiblemente en la segunda potencia del balompié galo, y probablemente en uno de los nuevos equipos competitivos de Europa, de la mano del oligarca ruso Dmitry Rybolovlev.
Pero, ¿qué fue exactamente lo que ocurrió en el verano con el equipo del principado, que se vio obligado a deshacerse de sus grandes figuras, como James Rodríguez, Eric Abidal y Radamel Falcao?
La historia se remonta al 2011, cuando siguiendo el ejemplo impuesto años atrás por Roman Abramovich, los multimillonarios del planeta decidieron que no había mejor hobby para gastar sus kilos de dinero que comprando un equipo de futbol.
Stan Kroenke se hizo de la mayoría de las acciones del Arsenal; Anton Zingarevich se hizo del Reading; Paul Allen del Seattle Sounders; François Pinault del Rennes; Suleiman Kerimov del Anzhi Makhachkala; Nasser Al-Khelafi del PSG y por supuesto, Dmitry Rybolovlev de un Mónaco que parecía desahuciado, descendido a la Segunda División y con amplias posibilidades de incluso descender a tercera en el balompié galo.
Rybolovlev tenía que reconstruir al equipo y qué mejor que hacerlo que con millones de euros que fueron destinados de un año a otro, para contratar primero a Claudio Ranieri, con quien conquistarían el soñado regreso a la Ligue 1 en el 2012 y posteriormente a Ricardo Carvalho, Joao Moutinho, Jeremy Toulalan, Eric Abidal, Sergio Romero, James Rodríguez , Radamel Falcao, entre otros, en un verano del 2013 en el que el oligarca ruso desembolsó poco más de 150 millones de euros. Nada más, eh.
¿Quién será el siguiente en irse?
La temporada, si bien no pudo ser coronada con algún título, sí vio al Mónaco terminar en segundo lugar de la liga y clasificarse por primera vez a la Champions League en diez años. El proyecto tomaba forma y cuando se anunció la llegada de Victor Valdés, antes de culminar la temporada pasada, todos pensábamos que el equipo francés volvería a ser de los principales protagonistas del verano.
Y de alguna forma lo fueron, dando la nota al deshacerse de sus principales figuras: Eric Abidal fue traspasado al Olimpiakos al tiempo en el que se anunciaba la recesión de contrato de Víctor Valdés. Se decía que por esa razón el lateral francés había decidido marcharse del Principado, pero él mismo se encargó de negar esa versión.
Semanas más tarde, llegaría la oferta del Real Madrid por James Rodríguez (80 millones de euros) y por último, veríamos el intento desesperado del conjunto francés por deshacerse de alguna u otra forma de Radamel Falcao, quien terminó siendo prestado al Manchester United. Lo cual, no entendimos del todo pero las voces del Mónaco decían que había que tener un cambio financiero. Whaaaaat?
Era claro que algo había salido mal en los cálculos de Dmitry Rybolovlev y es que nadie contaba con que hace unas semanas, un juez de la corte de Ginebra decretaría que el millonario ruso, tendría que compensar a su exesposa con 5 mil millones de dólares, en lo que se ha convertido hasta ahora en el divorcio más caro en la historia de este planeta. PUUUUM!
Con esa cara, uno no se divorcia
Ahora, con cuatro puntos en cuatro partidos, el Mónaco ocupa la décimo quinta posición en la tabla de la Ligue 1. Los aficionados han comenzado a pedir reembolso de sus bonos para la presente temporada, ya que han vendido a los que eran actualmente sus ídolos y parece que el equipo está resignado a volver a sus días de austeridad.
La buena noticia es que al menos Dmitry Rybolovlev ha vuelto a la soltería y por supuesto, que de acuerdo a los abogados, los términos de su divorcio “han sido amigables”.
De tener uno de los proyectos más ambiciosos de toda Europa, el Mónaco volverá a ser un equipo secundario. No sabemos si el verdadero culpable es el dueño, Dmitry Rybolovlev o la exesposa, que le quita nada más y nada menos que 5 mil millones de dólares y todo por no ser un buen esposo.
Quizá era muy bueno para ser verdad pero uno agradece que equipos históricos vuelvan “de la nada” y retomen el lugar que hace varios años era de ellos. Lo cuestionable es que si los billetazos son la mejor forma pero algunos ya lo han conseguido (ManCity, Chelsea, PSG) y el Mónaco intentó de esa forma; sin embargo, su dueño pagó los platos rotos que dejó en casa.