Ser padre es una experiencia maravillosa. Pero cada año que pasa, cada mes, cada segundo es un momento irrepetible. “Los niños crecen tan rápido”, siempre hemos oído decir. Quisiéramos que nuestro bebé siguiera igual siempre, que nuestra niña se quedara así o que nuestro hijo adolescente nunca tuviera que enfrentar la edad adulta. Pero eso es imposible.
El cineasta holandés Frans Hofmeester se negó a que la vida de su pequeña Lotte se perdiera para siempre en la memoria. Por eso, desde que nació cada semana la grababa durante quince segundos. Así lo hizo sin faltar durante 14 años. Después de ese tiempo, realizó un montaje de menos de 4 minutos que muestra el crecimiento de Lotte, como cambia cada año y como va dejando atrás todos esas irrepetibles etapas de la vida. Sin duda alguna, ver crecer a los hijos suscita una sensación de orgullo y nostalgia indescriptible.
Según comenta Hofmeester:
“Cambiaba a tal velocidad que sentí la necesidad de documentar su aspecto, conservar intactos mis recuerdos”
“Retrato de Lotte” fue expuesto en el Museo Reina Sofía de España. El impacto fue tremendo y conmovedor. Esta sensación sólo puede ser comprendida por aquellos que han tenido hijos y los han visto crecer.