Con estudios como Pixar dominando el mundo de la animación, cada vez vemos menos películas o series animadas hecha a la vieja usanza… bueno, a menos que se trate de anime.
Aun así, las películas animadas de antaño siguen siendo apreciadas por las nuevas generaciones. Claro, incluso cuando estas se encontraban plagadas con prejuicios, en el caso de Disney por supuesto.
Pero lo que muy pocos han notado, es que el paso a la animación por computadora no sólo ha cambiado la forma en la que estas películas se realizan, sino que además, su narrativa se ha transformado en algo más diverso:
De pasar de los cuentos de hadas y la idea de que el matrimonio es la manera de encontrar la felicidad, la evolución de Disney al reino del 3D, así como otros estudios, casi todas las películas animadas desde el estreno de Toy Story se tratan de ir contra el sistema.
Dos mundos que en principio discrepan al final se unen en una armonía social. O también está el mensaje de aceptación y diversidad social y política. Sin embargo, y a pesar de lo progresista de estos mensajes, es curioso que tantas películas compartan los mismos temas de la misma manera que los filmes de antaño lo hacían.
Claro, esto también se debe a que son los mismos estudios los que las realizan, además de que el hecho de que para hacerlas se crean modelos que sólo deben hacerse una vez, en vez de dibujar cuadro por cuadro, ayuda a que los animadores puedan realizar movimientos y tomas más intrincados.
Y bueno, esto no significa que la animación tradicional vaya a desaparecer, pero no se puede negar que la animación a computadora ha cambiado la manera en la que vemos y se hace el cine.