Philip Roth, uno de los principales representantes de la literatura norteamericana y ganador, entre muchos otros premios, del Pulitzer en 1998, ha muerto esta noche a los 85 años.
Nació en Newark, Nueva Jersey en 1933. A diferencia de otras grandes plumas del siglo XX, Roth contaba con estudios académicos de alto nivel, lo cual simplemente fue una herramienta más en la creación de toda una obra en la que– como bien recuerda The New Yorker en el obituario dedicado al escritor – reflexionó sobre temas como “la familia judía, el sexo, los ideales americanos, el fanatismo político y la identidad personal”.
Polémico desde los inicios de una carrera que se prolongó por casi seis décadas, Roth consiguió con obras como Portnoy’s Complaint (1969), American Pastoral (1998), The Human Stain (2000) y The Plot Against America (2004), no sólo el reconocimiento de la crítica y éxito comercial, también el rechazo de algunos sectores de la sociedad que, por ejemplo, lo calificaron – irónicamente – de antisemita. Irónicamente ya que el autor provenía de una familia judía. “Un judío que se odia a sí mismo”, fue uno de los señalamientos que se ganó luego de la publicación de su primera colección de cuentos, Goodbye Columbus (1959).
Philip Roth died tonight, surrounded by lifelong friends who loved him dearly. A darling man and our greatest living writer. pic.twitter.com/v01QkXi7wD
— Blake Bailey (@BlakeBaileyOn) 23 de mayo de 2018
Títulos como el mencionado Portnoy’s Complaint le significaron ser reconocido como toda una celebridad del mundo de las letras, sin embargo, por el hecho de que éste y otros trabajos fueran interpretados como obras confesionales (algo inevitable, ya que abordaba la lucha sexual de un sujeto retenido por su dura educación judía), Roth optó por retirarse de la ficción y abordó otros géneros, como la sátira política, la crónica y el ensayo… además de desbordarse en sus intereses con la creación de alter egos como Zuckerman y David Kapesh.
Habrá que ofrecer una disculpa al autor: le resultaba insultante que su obra fuera atribuida a alter egos: “ninguna de esas cosas me pasó a mí… es imaginaria”. Sin embargo, es la forma más “conveniente” para describir a quienes no conocen una obra que el propio autor definió como “una media imaginaria existencia fuera del verdadero drama de la vida”.
Phillip Roth murió rodeado de amigos y seres queridos, según informó su biógrafo, Blake Bailey. Descanse en paz.