Con tanto porno que ver y tan poco tiempo para ello, Barack Obama realizó este miércoles una orden ejecutiva para iniciar a la de ya la creación del ordenador más poderoso del mundo…
Con la Creating a National Strategic Computing Initiative (Creación de una iniciativa nacional y estratégica de computación) el ejecutivo estadounidense dio pie para construir el primer sistema de cómputo capaz de realizar un trillón de cálculos por segundos. Para tal empresa un solo organismo reunirá a varios departamentos gubernamentales que durante varios años han investigado en el proyecto, todo con el objetivo de tener a la llamada supercomputadora a más tardar en 2025.
Claro que Estados ya posee ordenadores de potentes características (de hecho es el país con más ordenadores de ese tipo, según TOP500), pero se estima que la computadora que desarrollará el nuevo ente tendrá una velocidad de procesamiento 200 veces superior a la computadora más potente que existe en la actualidad… la cual, por cierto, es propiedad de China: la Tianhe-2, con una capacidad de procesamiento de 33,86 pentaflops.
“Estados Unidos se ha despertado y ha visto que si quiere mantenerse en la carrera tiene que invertir”, señala Mark Parsons de Parallel Computing Centre (EPCC), advirtiendo que si hace unos años la competencia era con Rusia por el espacio… ahora el reto es tecnológico y el adversario a vencer es China.
Y vaya que ha invertido: en 2012 la administración de Barack Obama autorizó la inversión de 126 millones… sólo para el desarrollo del primer sistema de cómputo a exaescala del mundo, el cual –según Precision Medicine, iniciativa de la Casa Blanca‑ podría ayudar al diseño de fármacos personalizados, o bien, revolucionar la biología molecular, así como los sistemas de predicción meteorológica. Incluso se le ve potencial para desentrañar de una vez por todas los secretos del cerebro humano.
Respecto a la creación de medicamentos a la medida, Richard Kenway, profesor de física matemática y subdirector de computación de alto rendimiento de la Universidad de Edimburgo, comenta que –efectivamente- la supercomputadora significaría un paso adelante en la posibilidad de diseñar fármacos a la medida de cada paciente, esto dado que “hoy las medicinas se diseñan para el humano promedio y funcionan bien para algunas personas, pero no para todas (…) El verdadero reto es diseñar fármacos para cada individuo, porque ya se puede conocer su genoma y su estilo de vida”.
Así, si la intención de Estados Unidos es tener una capacidad de investigación superior a la de cualquier país, va por buen camino: “al unir la ambición de desarrollar un nuevo hardware al de mejorar el Big Data (los sistemas informáticos basados en la acumulación a gran escala de datos y de los procedimientos usados para identificar patrones recurrentes dentro de esos datos)”.