En el Instituto de Astronomía de la UNAM están de fiesta y no es para menos: es la segunda vez que un grupo de especialistas descubre un exoplaneta —o sea, que está ubicado fuera de nuestro sistema solar— mediante observaciones de radio.
Otra de las cosas increíbles de esta labor es que pudo llevarse a cabo en colaboración internacional.
Es decir, si bien la investigación se la echó el equipo del Instituto de Astronomía de la UNAM, lo hizo mediante de un sistema de la Fundación Nacional de Ciencia gabacha y operado por el Observatorio Nacional de Radio Astronomía. ¿Cómo? Acá te contamos para que te eches un ¡Goya! junto con el IA.
Instituto de Astronomía de la UNAM descubre un segundo exoplaneta
A inicios de agosto del 2020 nos enteramos del notición de que un grupo científico de la UNAM, liderado por el investigador del Instituto de Astronomía Salvador Curiel, había descubierto un exoplaneta.
Dos años después y con la misma técnica —la astrometría absoluta, capaz de medir la posición de las estrellas con alta precisión—, el IA descubrió otro exoplaneta.
El trabajo de nueva cuenta fue liderado por Salvador Curiel, en una investigación basada en observaciones de radio de muy alta precisión y realizada con el Arreglo Interferométrico de Base de muy Larga (LVBA, Very Long Baseline Array), un sistema de 10 antenas de radio igualitas y que son controladas desde una central en Socorro, Nuevo México.
Aunque ooootro detalle increíble es que estas antenas trabajan desde distintas partes del mundo como un solo instrumento.
Es como Júpiter
UNAM Global TV aprovechó la cercanía con el IA para presentar a la banda mexa la magnitud del orgullo y noticia.
El investigador explicó que este exoplaneta es similar a Júpiter y que pues ese detalle no es nada nuevo.
Lo interesante está en que el exoplaneta gira alrededor de una estrella de muy baja masa.
“Lo cual teóricamente es poco probable que exista, por lo que es especial”. Salvador Curiel explicó que lo común es que planetas masivos como este exoplaneta descubierto giren alrededor de estrellas de tipo solar, no de baja masa.
Por lo pronto, todo apunta a que se trate de un planeta gaseoso —porque si bien la astrometría absoluta ayuda a determinar su órbita y masa, no lo hace con su densidad, dato que es necesario para saber si se habla de un planeta gaseoso o rocoso—, ubicado en un sistema binario compacto.
Por cierto, este descubrimiento se publica en la revista The Astronomical Journal, bajo la autoría de Salvador Curiel Ramírez, Gisela Ortiz León, Joel Sánchez Bermúdez y y Amy J. Mioduszewski, del NRAO (Observatorio internacional de Radioastronomía) de Estados Unidos