Desde tiempos inmemorables, la humanidad soñó con ir al espacio y conocer los misterios que hay en todo el universo. Afortunadamente, con el paso del tiempo y gracias al trabajo de miles de hombres y mujeres astronautas, se pudieron colocar en órbita algunos satélites hasta llegar a uno de los lugares más espectaculares que se conozcan. Estamos hablando de la Estación Espacial Internacional.
Dentro de ese lugar hay personas de todas partes del mundo que durante un buen rato, viven en el espacio haciendo experimentos importantes para comprender diversos fenómenos que en la Tierra no son visibles. Por supuesto, como parte de sus tareas diarias, es ayudar a “mejorar” las condiciones de la EEI para futuros astronautas.
Estamos seguros que entre tantos cuestionamientos que se hacen (y nos hacemos) sobre la vida en este lugar, muchos nos hemos preguntado: ¿Cómo es que estos astronautas van al baño y hacen las cosas que consideramos rutinarias en la Tierra?
Acá les va la explicación
La pregunta ha sido resuelta y la verdad es que no es tan complicado como lo imaginábamos, aunque tampoco es tan sencillo. Gracias a una serie de videos publicados por la astronauta italiana, Samantha Cristoforetti, ahora sabemos cómo es que hacen sus necesidades las personas que viven durante años en el espacio.
Dadas las condiciones a las que están sometidos, no pueden tener en la Estación Espacial Internacional un baño como el que utilizamos todos por acá, es decir, un retrete con una cadena. No, nada de eso.
En realidad, tienen un método bastante peculiar para hacer de esto una experiencia un poquito más amigable. Dentro de la estación y así como si estuvieran en un avión, cuentan con un pequeño espacio que está destinado para ir al baño.
En él no tienen el inodoro típico, sino un pequeño embudo conectado a un tubo con ventilador que genera succión para que el líquido no se quede flotando. ¿Se imaginan ver flotando algunos de sus desechos? Fuchi.
Debemos recordar que gracias a la microgravedad que hay en la Estación Espacial Internacional (esto quiere decir que está en estado de caída libre permanente), el agua no cae como en la Tierra. Así que es importante esta succión para que los deshechos no se queden volando por ahí o en las paredes del lugar, jiar jiar.
La orina que entra en el artefacto, se va a un sistema de reciclaje y mediante una serie de procesos químicos, se convierte en potable y apta para el consumo humano. Y no, antes de que piensen que la infame orinoterapia es una opción, esto es completamente distinto.
¿Y cómo hacen de la popó?
Y si se preguntaban, ¿qué pasa a la hora de hacer del dos? Pues el proceso es muy parecido al anterior. Pero como sabemos que es más complicado hacer del dos sin estar sentados en una taza, los astronautas cuentan con algo similar. Aunque siendo completamente sinceros, no se ve tan cómodo como en los videos…
Según lo que explica Samantha Cristoforetti, el principio es exactamente lo mismo.
Para hacer del baño, cuentan con un inodoro que está conectado a un recipiente de desechos sólidos, las heces caen dentro de unas pequeñas bolsas de plástico y dependiendo de la tripulación, tienen que recambiar el recipiente aproximadamente cada 10 días, y en cuanto a las las bolsitas, cada vez que terminen.
A primera vista se ve incómoda la pequeña taza, pero es gracias a la microgravedad que los astronautas no tienen que sentarse para hacer popó.
Si quieren checar más a detalle cómo es que los astronautas de la Estación Espacial Internacional hacen del bajo en el espacio, pueden ver a continuación el video de Samantha: