Vivir con compañeros puede ser una gran experiencia o lo peor que hagas en tu vida, sobre todo si no existe respeto. Sin embargo, hay quienes toman medidas drásticas para que los demás respeten su espacio y cosas. Como el caso de una joven que contó que “envenenó” su comida para que sus roomies no se la roben… no es broma.
Esta es la historia de Sarah, una joven que publicó en un TikTok un caso bastante peculiar. Resulta que publicó un video donde recordó que hace dos años tuvo que tomar medidas drásticas porque sus compañeros de departamento se echaban todo lo que compraba para comer y ni siquiera le avisaban que lo iban a tomar.
Una joven “envenenó” su comida para que sus roomies no se la robaran
En el clip se ve a la joven (que en aquel momento era estudiante universitaria) completamente enfurecida en su cocina con un cartón de leche, súper enojada por los constantes robos de sus roomies. Es por eso que cansada de esta situación, tomó la decisión de vengarse de ellos “envenenando” y poniendo otras cosas a su comida para hacerla menos rica.
“Entonces, la gente quiere beber mi leche y quiere volver a ponerla vacía en el refrigerador. Vamos a ver quién es quién”, dice Sarah, quien de repente empieza a echarle sal a la leche, pues la joven quería que sus compañeros aprendieran la lección de no agarrar cosas que no fueran suyas y mucho menos sin su permiso.
Estamos seguros que esta joven le dio una lección a sus compañeros
“Vamos. ¿Quieren jugar? ¿Quieren ser irrespetuosos. Creen que soy una p*rra, creen que soy el payaso de alguien”, declaró la joven, que dejó la leche “envenenada” en el refrigerador esperando a que alguno de sus compañeros se la tomara… así como lo leen, una movida bastante pesada pero necesaria para que los demás respetaran sus cosas.
En el pie del video, Sarah afirmó que no se arrepiente en lo absoluto de lo que hizo, pues ya estaba cansada de que sus roomies le robaran su comida. Y aunque no mostró qué pasó después, la joven mencionó que alguien sí le dio un trago a la leche con sal, y no nos imaginamos qué sintió la pobre alma que se la echó.
¿Cómo lo ven? ¿Están de acuerdo con la decisión que tomó esta joven o creen que se pasó de la raya? Lo que sí nos queda claro es que después de esto, los ladrones aprendieron una lección: no volver a tomar cosas ajenas.