Lo que necesitas saber:
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad o TDAH es un padecimiento que, entre otras cosas, afecta a la mente y a la conducta y se ha vuelto común en el siglo XXI.
Vivimos en una época compleja, en la que la sobreinformación y la ansiedad han generado en miles de personas ciertos padecimientos mentales, algunos autodiagnosticados y otros como resultado de consultas terapéuticas o psiquiátricas. Entre las enfermedades más conocidas está el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, o TDAH.
Se trata de un tipo de trastorno del desarrollo neuropsiquiátrico que se detecta en personas con poca capacidad de concentración, hiperactividad, problemas para controlar sus instintos y nulo o poco control sobre su comportamiento. El TDAH se diagnostica tras un grupo de pruebas y cuestionarios que en la mayoría de los casos son realizados por especialistas.
Aunque para muchos este padecimiento es una enfermedad de niños, si el TDAH no es tratado correctamente durante la infancia, puede mantenerse (y complejizarse) a lo largo de la vida de un ser humano, generando importantes repercusiones en múltiples facetas de la adultez.
El TDAH en el siglo XXI
A propósito de esto, en los últimos años se han multiplicado los estudios respecto a cómo viven los adultos con TDAH. Cada vez es más común escuchar testimonios de personas que atraviesan este problema y que comparten estrategias y caminos para solucionarlo. Sin embargo, vale la pena preguntarse, ¿es verdad que hay más gente con este trastorno o sólo es que se le está dando más difusión a la problemática?
El escenario se complica más en la era de los autodiagnósticos. La sobre exposición a las pantallas ha hecho que las personas tengan más acceso a contenido en el que “expertos” enumeran síntomas con los que las personas se identifican. Por ejemplo, algunos videos sugieren que procrastinar, perder objetos o pensar de más, es TDAH, cuando en realidad son sólo las consecuencias de estar sumergidos en una realidad llena de estímulos.
¿Qué es el TDAH?
Ya desde 1798, el médico Sir Alexander Crichton describió en sus estudios personas con problemas de atención. Más adelante, se encontró en los niños “formas en las que se manifiesta la falta de control”. Estos primeros acercamientos fueron mal leídos, ya que casi todos los especialistas del siglo XIX pensaban que estos fallos de carácter derivarían en la delincuencia futura y se curaban con disciplina severa.
Afortunadamente, poco a poco esto cambió, las investigaciones avanzaron y pronto se llegó a la conclusión de que se trataba de un trastorno neuropsiquiátrico que tiene tanto manifestaciones mentales como conductuales.
Más que una enfermedad inventada, como creen muchos, las personas con TDAH tienen bajos niveles de dopamina y sobre todo, alteraciones en el sistema de recompensa que es el que regula nuestras funciones organizativas.
Esto genera que se afecte principalmente el área de funciones ejecutivas, encargada de regular la planeación, el manejo del tiempo y partes de la memoria. En ese sentido, las personas con TDAH sufren una serie de síntomas como la falta de concentración, la desmotivación, el bajo rendimiento laboral y toda clase de problemas relacionados con la socialización.
Es importante decir que este padecimiento no siempre se ve igual y puede variar según la persona y la edad. Mientras en los niños se ve como falta de atención en las clases, en los adultos, como procastinación desmedida. Los más pequeños corren por la casa e interrumpen, mientras que los mayores hablan mucho, hacen compras compulsivas, etc.
¿Tengo TDAH o sólo estoy distraído?
Cuando analizamos los síntomas, veremos que todos tenemos muchos de ellos. A veces somos impuntuales, a veces nuestra casa esta desordenada, a veces gastamos más de lo que tenemos y a veces no ponemos atención en un momento importante. Sin embargo, esto no significa que tengamos TDAH.
La gente con esta enfermedad no está al tanto de que la tiene. Llegan tarde y no saben por qué pasó eso, entre otras cosas, porque no ponen atención y la memoria no lo registra. Asimismo, cuando conocen a alguien o reciben información de lo que sea, su cabeza se desvía en otros temas y dejan de interactuar con sus interlocutores.
Los adultos que viven con TDAH tienen un problema grande con las listas, les cuesta mucho realizar más de una tarea al día, porque su atención cambia constantemente de foco, y muchas veces se quedan estacionados en una sola actividad perfeccionándola. Por su parte, les cuesta seguir el hilo de una conversación, normalmente saltan de un tema a otro.
Buscar ayuda profesional
Es muy probable que, si te sentiste identificado con estos escenarios, acudas al internet y encuentres un buen número de test que no sólo no tienen rigurosidad científica, sino que pueden ser engañosos y dar malos diagnósticos.
Aunque está bien que busques ayuda y sepas que no estás solo, lo más recomendable es acudir con un experto que te guíe apropiadamente en los pasos que hay que seguir para saber si tienes esta enfermedad.
Los especialistas te realizarán una serie de exámenes rigurosos para explorar tu cabeza, por ejemplo, se realizan pruebas de visión, audición y lógica, por sólo mencionar algunas. Estos estudios también permitirán distinguir si hay indicios de déficit de atención o de otros padecimientos con síntomas parecidos, como el autismo.
¿Te gustaría hablar con un experto? Recuerda que el Gobierno de México cuenta con la línea *311, donde un grupo de psicólogos te orientan y acompañan en tu bienestar mental, emocional y social.
