Estar lejos de nuestros seres queridos en esta cuarentena no es nada fácil. Las semanas pasan y estar aislados es cada vez más complicado. Pero para ser honestos, hay quieres la tienen más complicada que otros. Una madre llamada Mallory Pease de 27 años, dio a luz al estar infectada por coronavirus y tuvo que esperar casi tres semanas para poder conocer a su bebé.

Mallory Pease le platico en entrevista para Good Morning America que estaba a unos 10 días de su fecha de parto de su segundo hijo cuando comenzó a tener dolor de garganta. Pocos días después de eso, dijo Pease, se congestionó y luego perdió el sentido del gusto y el olfato. También comenzó a toser y experimentó cierta dificultad para respirar, lo que atribuyó a estar en su tercer trimestre de embarazo.

Foto: Especial

“No estaba tan preocupada porque tenía nueve meses de embarazo y estaba acostumbrada a estar sin aliento”, dijo. “Tenía algunos dolores, pero, nuevamente, era difícil saber si era una enfermedad o si era el embarazo”.

Más tarde, Pease desarrolló fiebre y justo cuando su dificultad para respirar y tos empeoraron, se le rompió la fuente y entró en labor de parto. ¿Se imaginan? Dar a luz no es para nada una tarea sencilla, pero hacerlo con los síntomas y dificultades de coronavirus ha de ser algo indescriptible. “Fuimos al hospital y fue entonces cuando comenzó todo”, dijo Mallory. Pease fue llevada a una sala de partos que el hospital había designado específicamente para futuras madres con coronavirus y ahí dio a luz a su bebé Alivia.

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Justo después del parto y con una manta protectora, Pease sostuvo a Alivia durante unos tres minutos antes de que  fuera llevada a un vivero de aislamiento, donde también se le realizó una prueba de coronavirus. Pease no vería a su hija en persona por otros cinco días. Sin embargo no fue hasta tiempo después que la pudo sostener en sus brazos.

Pease fue dada de alta del hospital unos días después y se aisló en la casa de sus padres con su hija Emma, de 19 meses. Por su parte, Alivia se quedó con su tía abuela, que no estuvo expuesta a Pease y a su esposo antes del nacimiento, y había estado en cuarentena en su casa.

Pease finalmente pudo reunirse con Alivia en la casa de su tía, tres días después de la última fiebre. Ella sostuvo a su hija por primera vez fuera del hospital, pero aún usaba una máscara facial como precaución adicional.

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