Què razón tenía ese dicho mexicano donde señala que las mujeres deben escoger un hombre para casarse con las 3 efes: Feo, fuerte y formal. Y es que un reciente estudio hecho por la Universidad de Florida, revela que las mujeres más felices, son las que tienen una relación con hombres no tan agraciados Polos opuestos se atraen, por lo que la conclusión del estudio considera que de esta forma las parejas son más duraderas y funcionan mejor.

El estudio realizado por la Universidad Estatal de Florida y dirigido por el psicólogo McNulty, reclutó a 82 parejas que habían contraído matrimonio en los últimos seis meses, y que antes de eso habían estado juntas al menos tres años. Las mujeres fueron calificadas de acuerdo a su belleza en una escala del uno al diez; dicha escala se basó en estudios previos que establecen el concepto de belleza universal. Un tercio de las parejas respondían al modelo de mujer más guapa que el hombre; otro tercio, al de hombre más guapo que ella. En el tercio restante había equilibrio.

Los resultados fueron sorprendentes, los esposos feos eran más fieles y trataban mejor a sus esposas guapas, esto se explica ya que de acuerdo al estudio los hombres feos no se sienten merecedores de tanta belleza, por lo que tienen la sensación de estar disfrutando de algo más de lo que se podría esperar. Su buen comportamiento se basa en un esfuerzo por compensar la compañía.

El investigador indica que “cuando un hombre se casa con una mujer que no está a su altura (es menos guapa) siempre está pensando en que podría haber conseguido algo mejor. Siempre. Vivirá pues instalado en una especie de eterna insatisfacción, puede que mirando por la calle a las mujeres que pasean del brazo de los feos y preguntándose por qué que el mundo es tan injusto”. O sea que su falta de autoestima, es aún más baja al compararse con su pareja. Lo que resulta un tanto miserable.

El estudio arrojó cuatro variables que explican la felicidad en estas parejas disparejas: a las mujeres les gusta ser el centro de atención, temor a la infidelidad, el apoyo incondicional de los feos y el trato a su pareja, aunque un punto negativo es el continuo estrés que sufren los hombres por cuidar su aspecto.

1. A las mujeres les gusta ser el centro de atención

En esta hipótesis se sugiere que las mujeres bonitas escogen a propósito a los feos, para que la atención se centre en ellas y su belleza sea resaltada al lado de un feo. Aunque existe una delgada línea entre resaltar la belleza y la humillación a la pareja.

2. Las mujeres le temen a la infidelidad

Las mujeres se sienten más seguras de sus maridos si ellos son feos. Al contrario de los guapos, ellas piensan que nadie volteará a ver a sus maridos feos. Aunque se les olvida un pequeño detalle, si ellas se fijaron en los feos, seguramente habrá alguien que también lo hará. De tal manera que la fealdad no garantiza la infidelidad. La decisión de cometer una infidelidad es igual de probable que ocurra en guapos o feos. Son los valores morales los que hacen la diferencia.

3. Los feos apoyan a su pareja, siempre y las atesoran.

Los feos se sienten honrados al tener una mujer bonita a su lado, por lo que ellas se vuelven el tesoro más cuidado en sus vidas. Lo que implica que siempre estarán dispuestos a escucharlas y a apoyarlas bajo cualquier circunstancia.

4.- Cuidado de la imagen

No todo es miel sobre hojuelas. Las mujeres bonitas acostumbran tratar a sus maridos bajo el yugo. El estudio revela que la presión que hacen las mujeres para que sus maridos mejoren su aspecto, lleva a los hombres a vivir bajo un estricto régimen alimenticio, aunque eso coadyuva a la felicidad de la pareja. Los esposos parecían básicamente más comprometidos, más interesados en complacer a sus esposas cuando sentían que estaban recibiendo un buen trato.

 

En conclusión, La próxima vez que sientan que la suerte de la fea, la bonita lo desea, es mejor meditarlo dos veces.

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