Tal como lo dice el título, señoras y señores. Hace no mucho tiempo, el papa Francisco recibió las llaves de un flamante vehículo de edición especial y todo internet enloqueció.
De acuerdo con lo que informan fuentes confiables, el papa recibió esta belleza en la Plaza de San Pedro, donde le dio su bendición frente a miles de personas. El nuevo papa-móvil fue pintado de blanco con franjas doradas, de modo que pudiera representar a su santidad en todos los aspectos.
Además del público presente, también asistieron unos cuantos directivos de la casa automovilística italiana de Sant’Agata Bolognese. Ellos atestiguaron el sagrado momento en que Francisco recibió su vehículo y dijo un par de oraciones para dejarlo completamente libre de demonios.
Como no es lo mismo escuchar las grabaciones de la misa en un Lamborghini Huracán a tener que hacerlo en la misma carcacha de siempre, las personas en las redes sociales pasaron un buen rato hablando de los posibles usos que le daría el sumo pontífice. Bueno, al menos eso hicieron hasta que se enteraron de lo que pasará con el bello automóvil en un futuro no muy lejano.
Que locura frenar en un semáforo en Roma y que al lado aparezca un Lamborghini con el Papa escuchando misa a todo volumen.
— Elmo Delo (@SgtNestor) 15 de noviembre de 2017
Antes de que todos comiencen a fantasear con el papa quemando el asfalto en nombre del señor, es importante que sepan una cosa: él no va a quedarse con el Lamorghini. De hecho, sus planes son venderlo en la casa de subastas Sotheby’s, de modo que donará parte de la recaudación para la construcción de la Meseta de Nínive, una región de Irák apenas liberada luego de tres años de estar bajo el control del Estado Islámico.
Los recursos serán enviados a aquel lugar a través de la fundación de derecho pontificio, conocida como “Ayuda a la Iglesia Necesitada”. Ésta busca dar a los cristianos una oportunidad de regresar a sus hogares, debido a que trabaja en reconstruir estructuras públicas y varios lugares de culto en zonas afectadas.
El resto de la lana irá directo a la Comunidad Papa Juan XXIII, una asociación caritativa cuyo propósito es recuperar a mujeres de la prostitución y que trabaja para edificar una nueva casa, que llevará el nombre del papa Francisco. Si sobra algo de dinero, será destinado a dos organizaciones italianas que operan en África: la Gicam, que se dedica a la cirugía de manos, y los Amigos de Centroáfrica, que desde hace un tiempo se ocupan de proyectos dedicados a mujeres y niños.
Sentimos haber roto su burbuja de ilusiones que mostraban al papa sobre su poderosa nave, pero su venta servirá para un propósito mejor. De todos modos, el Vaticano ya tiene mucho dinero, ¿no?
