Lo que necesitas saber:
La muñeca Lele es una de las artesanías más famosas de México. Es originaria de la cultura otomí y con sus trencitas y sus vestidos típicos le ha dado la vuelta al mundo.
En México tenemos una gran variedad de juguetes artesanales que se distinguen por su hermoso colorido. Entre los típicos baleros, marionetas, pirinolas, trompos y piñatas no podría faltar un juguete para las niñas. Aquí le hacemos un homenaje a las muñecas Lele, una de las artesanías más bonitas que se le regala a las pequeñas para homenajear a las mujeres.
Esta bella muñeca, con su peinado de trencitas y sus vestidos típicos es originaria de la cultura otomí y nació en el municipio de Amealco de Bonfil, en Querétaro. Además de poder ser arrullada y ser fiel compañera de las pequeñas, ya es un símbolo de la cultura nacional y así ha viajado por el mundo como parte de diferentes proyectos culturales.
Lele es más que un juguete artesanal. Con sus largas trenzas, su sonrisa y sus vestidos regionales representa la identidad del pueblo otomí y la podemos encontrar en los mercados artesanales de todo el país. Con el tiempo se han creado varias versiones de ella y cada una se encarga de conquistar el corazón de la gente.
La historia de Lele
Santiago Mexquititlán y San Ildefonso Tultepec son las principales comunidades de Amealco de Bonfil donde Lele fue creada. También llamada “Ar Lëlë”, su nombre significa “bebé” o “mi bebé” en la lengua hñahñu del pueblo otomí. Sus orígenes los encontramos antes de la llegada de los españoles, cuando las antiguas indígenas hacían muñecas de trapo, palma y arcilla que servían tanto como juguetes, como objetos rituales.
Después de la conquista y la llegada de nuevos materiales, esta muñeca comenzó a hacerse con telas como manta o popelina. Así, esta compañera de juegos para las niñas con sus hermosos vestidos bordados continua como una de las tradiciones mexicanas que no han cambiado con el paso del tiempo.
Lele tiene a su compañero, llamado Panchito, un muñeco muy parecido a ella, vestido de traje tradicional o con camisa de cuadros y pantalón de mezclilla, y no puede faltarle su sombrero hecho de palma o de fieltro. Los vestidos de Lele se hacen con los colores y diseños tradicionales de las mujeres de Amealco y de vez en cuando su peinado va adornado con bellos listones.
Los valores y el legado de la muñeca Lele
Esta linda muñeca tradicional es Patrimonio Cultural del estado de Querétaro desde 2018. Es un juguete artesanal que representa la cosmovisión, los valores y el amor materno del pueblo otomí (y de los pueblos originarios de México en general). En un principio era hecha por las madres para dársela a sus hijas.
Su modo de fabricación ha pasado de generación en generación, hechas a mano con las técnicas de bordado y costura tradicionales, así como la paciencia y la delicadeza de las mujeres artesanas de la comunidad otomí. Se puede decir que cada muñeca Lele es única y con su vestido y su peinado lleva la esencia que le dio su creadora.
Como un ícono cultural y embajadora de nuestro país, Lele ha viajado a diferentes lugares del mundo como Londres, Madrid, Australia, Shanghái y Estados Unidos, en una representación gigante de ella misma que alcanza los cuatro metros de altura, con el encargo de promover nuestras tradiciones artísticas.
Una muñeca de leyenda
Cuenta una leyenda popular que la sonrisa de cada muñeca Lele es un símbolo de protección y que las primeras muñecas se crearon para ahuyentar a los malos espíritus y darles una bendición a las niñas que las recibían. Hoy sigue como compañera y protectora de las niñas y niños y se le conoce por todo el mundo.
Lele no es sólo una muñeca tierna, podemos decir que es toda una obra de arte y otro de nuestros orgullos nacionales, que se encarga de transmitir las tradiciones de la cultura otomí. Junto con Panchito, sigue despertando la imaginación y la creatividad de las niñas y niños de México y de otros países.
