¿A quién no le da coraje que le roben? La sensación de angustia y frustración por no poder hacer nada, no solo hace que se nos arruine el día, sino incluso, hasta el mes entero.
Carteristas y asaltantes; sin duda, a veces les deseamos hasta lo peor. Entre las cosas que más se roban en nuestro país, son los celulares; los cuales luego son vendidos para volver a ser robados en un ciclo bastante asqueroso.
Pero, ¿en qué estarán pensando los rateros después de robarlo?
Este minidocumental, creado por el cineasta holandés, Anthony van der Meer, nació después de que a este le robaran su celular lo cual lo llevó a preguntarse, ¿qué clase de persona roba un celular?
Esto, lo llevó a comprarse un smartphone como señuelo, para que fuera hurtado, solo que a diferencia de la pasada ocasión; le instalaría una aplicación llamada Cerberus, con la cual, ganaría control del celular en el momento que este se conectara a internet, permitiéndole trabajar en segundo plano para poder tomar fotografías, audio y video, sin que el ratero se diera cuenta.
Después de casi seis días sin obtener que alguien se robará el aparato, este les fue hurtado cuando iban de regreso a casa en el metro… vaya que el mundo es un lugar pequeño.
¡Matanga!
Después de eso, hicieron lo propio y llenaron un reporte de robo. Esto, con la finalidad de demostrar la inutilidad de ir a la policía, ya que como lo dice el oficial, el teléfono pudo ser desmantelado y vendido por sus partes.
De manera un tanto irónica, cada día hizo que Anthony sintiera empatía por el sujeto, quien había robado el celular para uso propio y no para revenderlo. Y gracias a varios mensajes, pudo ver que el sujeto vivía en una situación económica un tanto apretada.
Tras dos semanas de investigarlo, al fin decidió irlo a buscar, encontrando que la imagen que se había formulado de esta persona, estaba sumamente equivocada.
Claro, muchos han cuestionado la veracidad del video, arguyendo que fue mucha coincidencia de que dejaran de grabar al momento que les fue hurtado el celular.
Pero, no podemos negar que después de ver esto, nos preguntamos, ¿cómo sería hacer esto en México?, ¿lograríamos obtener un pietaje tan increíble?, o, ¿el celular sería desmantelado?
Al final, podemos notar que esta historia no ha terminado y que en un futuro, podríamos conocer más de esta historia. Claro, siempre y cuando el malandro no se entere de la existencia de este documental. No se lo vaya a… ¡piratear!
