La vieja costumbre del stalkeo en línea es tan antigua como la existencia de las redes sociales, pero con el tiempo ha sufrido cambios para adaptarse a nuevos entornos. Así es como nace Tindstagram, una nueva y desagradable tendencia desarrollada por seres humanos que disfrutan incomodar y perseguir a otros.
Tomando en cuenta lo que encontramos en una publicación de New York Magazine, todo se basa en llevar el acoso a un nivel más escalofriante. Cuando una persona hace match con otra en Tinder y es rechazada, ésta busca tratar de “reavivar la flama pasional”, de modo que sigue a su amor platónico por Instagram, aprovechando que ambas cuentas están vinculadas.
Porque no hay cosa más romántica que eso, ¿verdad?
Si se preguntaron qué tiene de desagradable todo esto, sólo deben tomar en cuenta un detalle muy importante: si alguien no les da like dentro de la app, seguramente es porque no le gustaron y no desean tener una cita. Buscar a alguien que no los conoce por otra red social para convencerlo de que son almas gemelas no es un acto digno de un romántico empedernido, sino de alguien que no toma en cuenta los sentimientos de los demás.
a segment I like to call, “boys who don’t have a chance that found me on tinder and decided to slide into the instagram DM’s” pic.twitter.com/jkZPYVVxMA
— lindsay bluth (@karuhganlee) 9 de diciembre de 2016
Ciertos individuos confunden un “no” con una ofensa, simplemente porque reventaron su burbuja de ilusiones. Esa gente es la verdadera razón por la cual algunos usuarios de apps como Tinder u otras, suelen ser cuidadosos a la hora de seleccionar un prospecto. En cuanto ven la señal más pequeña de incomodidad, basta con pulsar un botón y listo, cada quien puede seguir con su vida.
Sin embargo, nunca falta el chico o chica que no se conforma con eso y decide intentarlo de nuevo. Luego vuelve a hacerlo y así lo repite varias veces, hasta que se hace ganador de un bloqueo definitivo. Lo malo llega cuando se da una secuela de esas historias de horror, porque como dijimos antes, el acoso se muda de red social y el cuento inicia una vez más.
“Y así, niños, es como stalkee a su madre hasta que llamo a la policía se casó conmigo”.
¿Qué más les podemos decir? La decisión de imitar este comportamiento es cosa de cada quién, así que dejamos todo a su criterio. Sólo vamos a recordarles que piensen dos veces antes de hacer algo parecido.