Un concierto para quienes desde hace casi 20 años no han dejado de seguir a The National. Quienes pese a que en este proceso experimental por hallar su mejor sonido los han escuchado en sus mejores momento con “Alligator” o “High Violence” y han aplaudido, aunque no de manera tan gloriosa, otras no tan acertadas situaciones (“Trouble Will Find Me” es la prueba).

Foto: Stephania Carmona

Estaban por dar las 9:00 pm, la hora de la cita que, sin saberlo, se anticipaba romántica y nostálgica. De repente las luces se fueron y corrieron a arropar el escenario. La doble pareja de hermanos (Dessner y Devendorf) y Matt Berninger aguardaban por las miradas ansiosas de sus fans… “You said we’re not so tied together. What did you mean?”, le cantaron a casi 6 mil personas que recubrían el suelo del Pepsi Center.

Cervezas corrían, algunos cigarros se dejaban ver, así como el humo exhalado de las bocas de quienes alcanzaron a ver a su dealer antes de llegar al recinto.

Matt no sostenía el micrófono, lo abrazaba mientras en su cuerpo corría la adrenalina al ritmo de “The System Only Dreams in Total Darkness”. Hasta aquí, el frontman no se había detenido a saludar de manera formal a su público, él solamente se dejó llevar.

Comenzaron “Walk it Back”, la tercera de Sleep Well Beast. Aquellos fieles a la banda cantaban en las primeras filas y admiraban a un Berninger que circulaba por el escenario y tocaba de manera imaginaria su guitarra mientras el discurso de Ron Suskind sonaba detrás.

Foto: Stephania Carmona

El concierto de The National parecía montarnos a todos en una montaña rusa con subidas bien pronunciadas y bajadas en picada llenas de energía. “Don’t Swallow the Cap” fue el caso pero “Bloodbuzz Ohio” alzó uno de los mejores momentos cuando las trompetas tomaron un papel protagónico mientras un duelo de cuerdas se presentó entre los hermanos Dessner.

De nuevo arriba, Berninger se desató. Arrasó el escenario en un ir y venir de sus pies mientras desgarrando su garganta cantaba junto a sus fans: “Raise our heavenly glasses to the heavens… Squalor Victoria”.

Luego, preguntándonos a todos si queríamos bailar –e interactuando por primera vez con el público- Matt pisó el freno y conmovió a los asistentes más románticos con una de las mejores canciones de su último disco: “Dark Side of the Gym”.

Quizá no fue el baile que todos esperábamos, pero esto sólo era la manera Berninger para recuperar energías pues dedicar “Trutleneck” a Donald Trump requeriría de los gritos y saltos de todos.  ¡Estuvo increíble!

Las subidas y bajadas continuaron. Los momentos más emotivos Matt los dedicó a Carin, su esposa, mientras que en los que se sacaba lo mejor de su voz grave, se perdía entre el público y éste lo abrazaba sin dejarlo regresar al escenario.

Foto: Stephania Carmona

Sin pena debo decir que aunque The National no es una banda que pase desapercibida para mí, tampoco tomé el merecido (porque lo es) tiempo para escucharlos y descubrir que Matt y Carin son genios a la hora de poner tinta en una hoja.

Su concierto estuvo dedicado 100% a sus fans y tan grande fue su agradecimiento que no tuvieron más opción que regalar una bella versión acústica de una de sus mejores canciones: “Vanderlyle Crybaby Geeks”. El broche de oro para un concierto que se resume como conmovedor.

Si estuviste ahí ¡QUEREMOS SABER QUÉ TE PARECIÓ! Y no olvides que, si te tomaste tu selfie, puedes ganarte un vinilo de Sleep Well Beast.

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