Después de algunos meses de espera, el día llegó: el Parque Fundidora, en Monterrey, fue adornado con colores festivos y llenos de vida, con motivo del festival Live Out. Mientras tanto en el cielo, el sol hizo de las suyas pues la temperatura alcanzó los 37° C.
Al llegar al lugar se respiraba un aire caliente y húmedo, el cual hacía rodar gotas de sudor sobre el cuerpo de unos cuantos. Mientras en los escenarios se comenzaban a reunir algunos fans, otros tantos curioseaban en los stands de activaciones del festival. Y de entre todas las actividades posibles de realizar, la neta es que la de Doritos fue la que se llevó el oro. Por un instante eras parte de un mundo surreal a través de lentes de realidad virtual. Las imágenes mostradas te permitían ser un rockstar sobre el escenario, y después, lanzarte hacia el público (una alberca de hule espuma).
Algunos de los asistentes disfrutaron del pasto bajo la refrescante sombra de los árboles mientras la música viajaba por el aire y hacía bailar a muchos. Los ahí reunidos lucían relajados, algo extraño en los festivales, pues por lo general hay quejas respecto a los horarios y las distancias entre escenarios. En Live Out, ese problema fue mínimo: los escenarios principales se localizaban uno en diagonal al otro y esta cercanía permitía escuchar perfectamente bien el resto de los actos.
Para los más festivaleros, es algo normal esperar desde treinta minutos hasta dos horas por EEEL concierto de su banda favorita… si es que salen a tiempo. Aquí la organización fue precisa: al finalizar el show de una banda, inmediatamente comenzaba a tocar la siguiente en el otro escenario. Así, la peregrinación de los asistentes sucedía de un stage a otro.
La cheve no faltó, y con justa razón. Los rayos del sol quemaban y hacían sudar como sieeeempre en Monterrey. Esto aunado al calor humano concentrado entre acto y acto, el momento se tornaba pegajoso e incómodo. Para los asistentes regios, las altas temperaturas no representaron mayor problema porque pues #acostumbrados. Sin embargo, para quienes viajaron de otros lugares, los 37°C fueron algo con lo que tuvieron que lidiar. Ejemplo de esto fue Jake Duzsik, vocalista de Health, quién dijo: “me encanta Monterrey, pero me muero de calor”.
Para las seis de la tarde con un calor más controlado, LP salió al escenario con su característica sonrisa envuelta entre gritos de cariño y emoción del público. Pareció por un momento que el escenario le quedaba chico, pues a pesar de ser un acto en la tarde, fue uno de los más esperados. Obviamente “Lost On You” se escuchó hasta el Cerro de la Silla pues fue la más coreada.
La hora de la comida llegó, y muchos pasaron al garden truck del festival. Los comentarios llegaban a los oídos de otros comensales dispuestos a consumir. La razón: la comida era buena, y a un precio decente para ser un festival (donde los alimentos generalmente son caros). Quienes no comieron, pero sí bebieron, tampoco se quejaron del costo. Sin embargo, debido a las altas temperaturas, el agua embotellada se vendió tanto que llegó un momento donde se acabó por completo, ¡mal ahí!
La noche cayó sobre nuestros hombros. Las personas cada vez más apretadas se amontonaban para ver a Cage The Elephant. Las luces bajaron, destellos blancos cortados por humo aparecieron sobre el escenario… ¡salieron! Todos y cada uno de los integrantes tomó su lugar y comenzaron a tocar. Segundos después, el excéntrico Matt Shultz tomó el micrófono y comenzó su performance.
Entre sombreros, flores, medias sobre la cara y varias capas de ropa, el cantante creó distintos personajes sobre el escenario. A la par sonaban “Too Late To Say Goodbye”, de manera estruendosa, “Ain’t No Rest For The Wicked” con el conocido “I Wish/ I Could”. Los primeros acordes de “Trouble” sonaron, Beck subió al escenario y la gente enloqueció. Después de esta esperada participación, la presentación de la banda continuó, hasta dejarnos ver a un Matt sin playera, sudoroso y feliz.
Sin duda, lo más perrón de mi fin de semana fue ver desde primera fila a Beck + Cage The Elephant compartir escenario ♥️♥️ pic.twitter.com/YxSrxoUHdA
— Samantha (@SamEscarcega) October 21, 2019
En el otro escenario se preparaba The Neighbourhood. “You Get Me So High” sonó de la guitarra de Jesse Rutherford, quien vestía ropa plateada reflectante, maquillaje galáctico y muchos brillos. La banda completa salió para tocar “Prey”, y la gente enloqueció. Así transcurrió la hora que The NBHD tocó para terminar con “Stuck With Me” coreada por un público extasiado.
La gente nunca perdió la buena vibra que traía. Si bien había miles de asistentes, llegar hasta enfrente del escenario no era una guerra campal: pedir permiso era suficiente para tener el camino libre. Mucho de esto se vio en Vampire Weekend, a pesar de estar extremadamente atascado, siempre hubo espacio suficiente para bailar. La banda abrió con “Sympathy” y luces naranjas. Para quienes no habíamos tenido oportunidad de verlos en CC13, escuchar “A- Punk”, “Step” y “Ya Hey”, fue un sueño. Pero los asistentes no éramos los únicos felices. En repetidas ocasiones, Ezra mostró su emoción de volver a México, después de tan larga ausencia, específicamente a Monterrey, pues fue ahí su primera presentación en nuestro país. Este comentario logró una conexión increíblemente íntima entre el público y la banda, que nunca se rompió… aún terminado el concierto.
Después de Vampire, sólo había dos opciones: quedarse a Beck o irse. A pesar de que muchos salieron del lugar, el escenario de Beck estaba bastante lleno. El músico inició su presentación con “Loser”, seguida de “Up All Night” con una serie de visuales increíblemente locos y un gran solo de guitarra. La felicidad inundó el lugar. Beck compartió su alegría de haber podido compartir escenario con sus amigos Cage The Elephant, quienes en el encore subieron para acompañarlo en “Night Running”. La fiesta continuó su curso. El músico tocó “E- Pro” para despedirse. Los asistentes coreaban el conocido “otra, otra”, almas extasiadas gritaban y pedían más música. Beck regreso al escenario para terminar su presentación con “Where It’s At (Reprise)” y cerrar el festival.
Así Live Out, además de tener un line-up bastante bueno, dejó a muchos fans satisfechos por la buena atención.