Aunque estos tiempos sean muy buenos y chidos (porque tenemos internet y otras cosas que ahora nos parecen necesarias, pero antes eran inimaginables), por más que algunos lo nieguen, siempre añoramos el pasado. Ya sea que te haya tocado vivir una etapa en específico o quizá hubiera encantado estar presente en dicha época, estamos seguros que a muchos les gustaría viajar a otra década por la moda, el cine, el arte o la música. Y sí, sabemos que no existen máquinas del tiempo (todavía), pero hay situaciones que te llevan directo años atrás, tal como lo hicieron Mötley Crüe y Def Leppard con su show en la CDMX.

Después de un buen rato sin venir a nuestro país, estas legendarias bandas del hard rock y glam metal volvieron a la capital chilanga para compartir escenario en el Foro Sol con una gira que lleva un buen rato rompiéndola en Estados Unidos. Y vaya que se rifaron como los grandes, pues además de volarnos la cabeza con un espectáculo impresionante y rolas que forman parte de la cultura popular, podemos confirmarles que los que tuvimos chance de verlos en vivo y a todo color salimos, emocionados, contentos, melancólicos y hasta con ganas de armar un grupo con nuestros cuates (aunque no tengamos idea de cómo tocar un instrumento), ya que por casi cuatro horas, estas agrupaciones nos hicieron sentir como si los 80 jamás se hubieran ido… no es broma.

Mötley Crüe y Def Leppard llenaron el Foro Sol para darnos una noche de rock y nostalgia
Foto: Lulú Urdapilleta

Def Leppard arrancó con el viaje al pasado en el Foro Sol

Justo después de la presentación de Agora (que nos hubiera gustado ver más pero solo alcanzamos a escuchar un par de rolas), el público -en su mayoría papás con sus hijos o chavorruqueros de la vieja guardia– empezó a tomar sus lugares para que el tiempo no los agarrara de bajada. En las pantallas apareció un contador que nos indicaba que en exactamente 15 minutos, Def Leppard estaría en el escenario del Foro Sol. Aunque eso sí, la espera fue muy amena, ya que escuchamos rolones como “Won’t Get Fooled Again” de The Who y un cover de “Heroes” de David Bowie.

Sin embargo, al terminar este clásico de Bowie, las luces se apagaron y uno a uno, los integrantes de la agrupación británica tomaron sus lugares para arrancarse con un show poderoso y nostálgico. Joe Elliot saludó rápido al público y nos dio la bienvenida con “Take What You Want”, un temazo que sin duda, puso a muchos en el ambiente rockero para lo que se vendría más adelante.

“Ciudad de México, ¿cómo están? Queremos que nos respondan esto”, dijo el frontman de Def Leppard cuando de la nada, empezó a sonar “Let’s Get Rocked”, que sin duda, terminó por contagiarnos con la vibra necesaria para una noche tan especial como la que estábamos viviendo. Con “Animal”, la banda nos mostró algunos visuales de sus años de juventud (que nos metió un buen trancazo de melancolía) y a partir de ahí, se arrancaron con un setlist en el que prácticamente repasaron lo mejor de su enorme carrera.

“Foolin'” y “Armageddon It” fueron las rolas con las que la banda británica se siguió, para darle paso a “Kick”, la primera canción de su más reciente material discográfico, Diamond Star Halos. Con “Love Bites” y “Promises! volvimos a los años 80, pero uno de los momentos más chidos de su presentación fue cuando se echaron “This Guitar”, pues con ella y excepción de Rick Savage y Allen, tanto Joe Elliot como Phil Collen y Vivien Campbell se juntaron en el centro de la pasarela del escenario con sus guitarras acústicas para cantar ese rolón (que ACÁ les contamos más sobre la inspiración de este tema).

Entre solos y verdaderos clásicos de los 80

“Es bueno verlos, ha pasado mucho tiempo. Queríamos venir antes, pero ya saben, pasó una pandemia que nos detuvo”, dijo Joe instantes previos a que Def Leppard continuara con “When Love & Hate Collide”, “Rocket” y “Bringin’ On the Heartbreak”, donde la agrupación demostró su poderío musical (porque en todo momento sonaron brutal). En la recta final de su show en la CDMX y luego de “Switch 365”, Phil y Vivien se echaron unos solazos en la lira que pusieron a muchos a hacer air guitar.

Pero aunque los dos se lucieron haciendo llorar a sus guitarras, nadie le pudo ganar a Rick Allen, pues él también tuvo su solo de bataca con el que no solo nos voló la cabeza (porque recordarán que hace mucho tiempo perdió el brazo izquierdo y toca con solo un brazo), también se llevó el aplauso de todo el público e incluso hasta corearon su nombre... de piel chinita ese instante.

Tras este momento donde los integrantes de la agrupación demostraron que son unos cracks en sus instrumentos, sonó un combo poderoso que jamás vimos venir. “Hysteria” hizo que la gente cantara a todo pulmón ese hitazo ochentero bastante rifado. “Pour Some Sugar on Me” logró que muchos sacaran su lado sexy y divertido, y junto a “Rock of Ages”, fueron grandes probadas del rock que se hacía en esta década.

Dicen por ahí que todo lo bueno en algún punto tiene qué terminar y así, luego de hora y media y 17 canciones, los británicos cerraron con “Photograph” que sin duda, fue un excelente final para una presentación concisa y brutal. Al final, la banda agradeció a los miles de fans que se lanzaron a verlos y eso sí, dejaron muy claro que volverán muy pronto a nuestro país, y claro que los recibimos con los brazos abiertos.

Mötley Crüe regresaron más fuertes y en plan grande a la CDMX

Algo que nos sorprendió bastante fue que hasta después de la presentación de Def Leppard, los tiempos se estaban cumpliendo tal como los anunciaron. Luego de que la banda del Reino Unido se bajara del escenario, la gran mayoría aprovechó para ir al baño, abastecerse con chelas o comida e incluso para estirar las piernas, como si se tratara de un intermedio del cine (sí, esa referencia al pasado hizo que nos doliera la rodilla). Pero unos minutitos antes de las 10 de la noche, todos volvieron a sus lugares porque estaba por empezar el platillo fuerte de la noche: ni más ni menos que Mötley Crüe.

Mencionamos lo del tiempo porque la banda estadounidense, a diferencia de los británicos y su puntualidad, tardaron un buen rato en salir al escenario. Pero después de escuchar “Réquiem en Re Menor” de Mozart y checar un video donde un presentador de noticias nos avisaba que llegaría el caos a la CDMX, las pantallas se abrieron, empezó a salir humo y de la nada, aparecieron Vince Neil, Tommy Lee, Nikki Sixx y John 5, mientras la gente se volvía loca en el Foro Sol.

Sin tiempo qué perder, Mötley Crüe arrancó con “Wild Side” y desde ahí, el público perdió la cabeza al ritmo de sus hits. Se notaba que la agrupación de Los Ángeles estaba contenta de regresar a tocar a la capital chilanga, pues nos lo hicieron saber en un par de ocasiones, pero iniciaron con todo y a partir de la primera canción nos quedó muy claro que las cosas no bajarían de nivel. Luego de terminar esta rolita, Neil (quien sorpresivamente sonaba de maravilla a comparación de su más reciente visita) saludó a todos los presentes y les preguntó si les latía su música vieja, por supuesto que la respuesta fue afirmativa y de repente empezaron a sonar los acordes de “Shout at the Devil” que pusieron a gritar a todos.

Acompañados de un par de bailarinas (que también se rifaron como coristas) y unos visuales impresionantes, la banda no nos dio descanso, ya que el setlist fue prácticamente perfecto y a cada rato nos daban un buen golpe a guitarrazos. Para que se den una idea de cómo estuvo la cosa, durante la primera parte de su show se echaron rolones como “Too Fast For Love”, “Don’t Go Away Mad (Just Go Away)”, “Saints of Los Angeles”, “Live Wire” y “Looks That Kill”… una verdadera pasada que dejó a los fans old school con una sonrisota de oreja a oreja.

¡Hasta se echaron covers de The Beatles, Sex Pistols y los Ramones!

Algo que nos sorprendió fue que Mötley Crüe se echó “The Dirt (Est. 1981)”, la canción original que compusieron para su biopic homónima que llegó a Netflix (y que si aún no han visto, no se la pueden perder), pues de plano no teníamos idea que la tocarían y resultó ser una grata sorpresa, ya que acompañaron esta rola con imágenes de la película. Luego de este inesperado momento, Vince Neil presentó a Nikki Sixx como “el hombre de negro” y el bajista de la banda apareció sobre la pasarela hondeando una enorme bandera de México. Pero tras saludar a la gente y decirles que extrañaban estar de este lado del charco, Sixx hizo lo suyo presentándonos con bombo y platillo al nuevo guitarrista (en gira) de la banda: John 5.

Por supuesto que existía cierta expectativa por su llegada a la agrupación, ya que reemplazó al legendario Mick Mars. Sin embargo, podemos decirles que su participación y aporte dentro de los shows del grupo es alucinante, pues lejos de imitar el estilo de Mars, John combina tanto la esencia de sus riffs con su peculiar forma de tocar la lira. Y eso nos quedó muy claro con el solo que se aventó justo a la mitad del concierto, donde demostró su versatilidad no solo volando en el mástil de la lira, también utilizando el killswitch de su guitarra para generar sonidos bastante locos.

Tras ese solazo de John 5, los integrantes de Mötley Crüe regresaron al escenario y nos regalaron un instante alucinante, pues juntaron “Smokin’ in the Boys Room” con un popurrí de covers donde se chutaron sus propias versiones de clásicos como “Rock ‘n’ Roll (Part 2)” de Gary Glitter, “Helter Skelter” de The Beatles, “Anarchy in the U.K.” de los Sex Pistols y “Blitzkrieg Bop” de los Ramones, con la que lograron que todo el Foro Sol coreara el famosísimo “hey ho, let’s go”… simplemente impresionante.

Luego de coverear a estas bandotas, Tommy Lee dejó un rato la batería para cotorrear por unos minutos con el público, pues dijo que estaba muy contento de regresar a México y que no podía creer que se tardaron una década en volver. Pero luego de esto (y pedir que le llevaran una chela o shot de tequila), el bataco le pidió a la gente que lo ayudaran a mandar un mensaje a un amigo (que resultó ser una broma) y después de esto, se sentó al piano para echarse “Home Sweet Home”, una gran canción con la que todos iluminaron el Foro con las luces de sus celulares, un momento majestuoso, la neta.

El cierre de Mötley Crüe fue un constante hit tras hit

Poco a poco nos acercábamos al final, pero aún faltaban más hitazos por escuchar. De la nada empezaron a sonar los riffs iniciales de “Dr. Feelgood”, con la que Mötley Crüe –tal cual como dice el título de la rola–, nos hizo sentir muy bien. Las cosas no se calmaron en lo absoluto, pues “Same Ol’ Situation (S.O.S.)” nos robó las energías que todavía nos quedaban para ese entonces. Pero la locura se volvió a desatar con “Girls, Girls, Girls”, ya que en el escenario aparecieron las siluetas gigantes de dos mujeres, mientras la banda tocaba y las coristas/bailarinas se aventaban un performance que era ideal para este éxito de los 80.

Con “Primal Scream” y “Kickstart My Heart”, Vince Neil, Nikki Sixx, Tommy Lee y John 5 se despidieron de la Ciudad de México y así como Def Leppard, dijeron que nos veríamos de nuevo muy pronto. Puede que Mötley Crüe se haya tardado 10 años en regresar a nuestro país, pero podemos decirles con seguridad que la espera valió completamente la pena, pues se aventaron un showsazo de aquellos que nos dejó con un gran sabor de boca, ya que más allá de apoyarse en el espectáculo audiovisual (que por supuesto, fue de primer nivel), la banda hizo lo que sabe mejor: rockear duro sobre el escenario valiéndoles gorro todo lo demás.

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Me llamo Jesús pero todos me dicen Chucho. Me encanta la música y sé tocar algunos instrumentos, aunque creo que soy mejor escribiendo sobre las bandas que me gustan. Soy fan de los conciertos y festivales,...

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