Lo que necesitas saber:
Ozzy Osbourne también fue Rey de los puestos de playeras pirata en México, de corazones, de memes e inspiración de nuestra cultura pop.
Murió Ozzy Osbourne. Con él, no sólo se va una de las voces más icónicas del rock, sino también una figura que —sin proponérselo—, transformó la historia y el curso del Rock o el Metal en todo el mundo, y de paso, también cambió la cultura pop en México.
Aunque no lo creamos, el “Príncipe de las Tinieblas” también fue Rey de los puestos de camisetas pirata, de los corazones metaleros y de la imagen del rock.
Cómo Ozzy Osbourne transformó la cultura pop en México
Ozzy Osbourne fue mucho más que el tipo que se echó un murciélago a la boca. Fue símbolo de rebeldía, de locura adorable, de resistencia absoluta y en México, eso se aplaude con el puño en alto y los cuernos bien arriba.
Inspiró a generaciones… incluso si no entendías sus letras
Ozzy Osbourne es sin duda uno de los santos patronos del Metal. Y en un país donde el rock tiene sus propias Iglesias, sus procesiones y sus devotos —hola, Chopo—, Ozzy fue una religión.
No importaba si habías nacido cuando salió Paranoid o si lo conociste por Crazy Train en el estéreo de tu primo grande, su voz te sacudía, te preparaba para romper cosas o simplemente te hacía sentir que no estabas solo en el caos de la vida.
Bandas mexicanas como Haragán y Compañía, Resorte, Molotov o Maldita Vecindad lo citan como influencia directa. Ozzy les mostró que podías hacer música ruidosa, enojada y al mismo tiempo, seguir siendo tú.
Ozzy en el tianguis, en la ropa y en todos lados.
Ozzy fue parte del canon gráfico del Rock.
Con el paso de los años, se sumaron otros íconos como Kurt Cobain, Slash o Jim Morrison, cuyos rostros adornaron chamarras de mezclilla, mochilas, parches y playeras de tianguis, muchas veces incluso, sin que quien vistiera, supiera que estaba usando la cara de un tipo que una vez orinó en El Álamo.
Pero eso también era Ozzy. Un símbolo universal del “me vale todo y aún así sobrevivo”, que se volvió referente hasta en barrios donde nadie hablaba inglés… pero sí sabían que ese viejito desgreñado era una leyenda.
Cuando Ozzy se volvió meme antes que el meme
A principios de los 2000, MTV nos dio una joya involuntaria: The Osbournes, uno de los primeros realities, que nos mostró lo absurdo de lo absurdo.
Ahí, el mismísimo Príncipe de las Tinieblas aparecía como un papá confundido que se tropezaba con los muebles, regañaba a sus hijos con cariño y murmuraba cosas que ni el mejor traductor simultáneo podría descifrar.
Fue ahí donde Ozzy se volvió entrañable para una nueva generación.
Ya no era sólo el que cantaba con Black Sabbath; era el abuelo cool que parecía sacado de una caricatura, pero con una mansión, perros, tatuajes y un corazón enorme.
Cada visita a México fue histórica
Ozzy no vino tantas veces a México como quisiéramos, pero cuando lo hizo, se sintió como si viniera el Papa. Su presentación en 2018 en el Hell & Heaven fue acto de fe, un concierto que los fans esperaron por décadas.
El Foro Pegaso se convirtió en altar, y el coro colectivo de Mr. Crowley fue más emotivo que cualquier misa de domingo.
Las filas interminables de fans con chamarras negras, tatuajes de Black Sabbath y lágrimas en los ojos, daban cuenta de un vínculo genuino y emocional. Gente de todas las edades, de todos los estados, de todas las historias… reunidos para agradecerle por ser quien fue: el loco más querido del rock.
Ozzy Osbourne y México: Cómo el ídolo del Metal transformó nuestra cultura pop
El impacto de Ozzy Osbourne en la cultura pop de México es más profundo de lo que podría parecer a simple vista. Aunque surgió en un contexto británico muy distinto, su figura mutó a lo largo de las décadas hasta convertirse en un ícono global que también dejó huella en México, tanto en la música como en lo visual, lo simbólico y lo cotidiano.
Descansa en poder, Ozzy Osbourne, ese señor que estaba en tu camiseta del tianguis, que en realidad era un Dios del Rock.
