“Por petición de la banda, este concierto es un evento libre de teléfonos. Respetuosamente les pedimos no tomar fotografías ni videos”, fue el mensaje con el que fueron recibidos los miles de fanáticos que acudieron ayer, 4 de octubre, al Pepsi Center para presenciar el regreso de Porcupine Tree a México.
Un mensaje que parecía una prohibición para unos, pero una invitación a tratar de ser más perceptivos para otros. Poner atención a lo que iba a ocurrir en el escenario por cerca de tres horas. Nada iba a quedar para el registro personal. Todo en la memoria.
Desde horas antes de abrirse las puertas del foro, los fans de Porcupine Tree hicieron largas filas. Apenas por ahí de las 19:50 (40 minutos antes de iniciar la presentación) la multitud se desvaneció de los alrededores del Pepsi Center. Los que todavía estaban afuera pudieron sentir un poco del aire frío que se necesitó adentro del recinto, ver pasar apuradamente a las perfectas parejas vestidas de negro, a los oficinistas que rayaron la hora y a los curiosos que preguntaban “¿qué es Porcupine Tree?”
En efecto, Porcupine Tree es una banda que no ha alcanzado fuera de Reino Unido el reconocimiento que se merece, pero no por eso su regreso a México (y, en general, a la música) ha pasado desapercibido por fans a quienes – en su mayoría – la solicitud de atención no pareció incomodarles. Dejar por un momento no sólo la preocupación de tomar la mejor imagen para las redes: también hacer a un lado los problemas, la tristeza, el estrés aumentado por el personal de los accesos que parecía que arreaban ganado. Todo eso debía olvidarse y Steven Wilson y compañía se encargaron de crear las fugas necesarias para ello.
En punto de las 20:30 se apagaron las luces y un prolongado zumbido azul inundó el Pepsi Center para comenzar con el trance. Steven Wilson, Richard Barbieri, Nate Navarro, Randy McStine y el aclamado Gavin Harrison salieron para atacar con “Blackest Eyes”, luego “Harridan” y “Of the New Day”.
Aunque el tiempo iba a ser mucho, había demasiado que tocar, así que fue hasta antes de la cuarta de la noche, “Rats Return”, que Wilson se dirigió al público para advertir que la velada iba a ser larga ya que – cómo no – iban a tocar completamente todo el álbum con el que regresaron después de más de una década: Closure / Continuation.
No por lo anterior se olvidaron de complacer a los seguidores de años. Así que también echaron mano de su amplio repertorio para tocar temas del In Absentia, del Fear of a Blank Planet, el Stupid Dream, el Lightbulb Sun y otros.
Precisamente del Lightbulb Sun fue la primera de las canciones de la noche que paró todo. “Last Chance to Evacuate Planet Earth Before It Is Recycled”, con su guitarra evocando el sonido de mandolina detuvo, aunque por unos momentos, los gritos desesperados de fans que parecían no poder con la emoción de tener enfrente a quien, para muchos, es considerado un genio de la música contemporánea.
El silencio del público no fue para escuchar con detenimiento las guitarras cortadas de Steven Wilson y Randy McStine o las delicadas secuencias en el piano de Barbieri, sino para poner atención a la proyección del mensaje del líder de la secta Heaven’s Gate: Marshall Herff Applewhite:
“Se requiere que si te mudas a este reino evolutivo dejes atrás todo de las formas humanas, el comportamiento humano, la ignorancia humana, la desinformación humana”.
Y así terminó el primero de los dos programas de la noche, para luego una pausa de 20 minutos. Suficientes para que el público se preparara para lo siguiente: una completa vapuleada iniciada con “Fear of a Blank Planet”, prolongada con “Walk the Plank”, la rabiosa “Herd Cullin” y rematada por la joya de la noche: la brutal “Anesthetize”. Veinte minutos que bien podrían ser la síntesis de lo que es Porcupine Tree (intensidad sofocante, atmósfera indefinible, voz delirante, batería estremecedora, pequeños arreglos luminosos que se estrellan para explotar en acordes intensos, etc,) y, sin embargo, el ejemplo se queda corto.
También sonaron “I Drive the Hearse” y “Sleep Together”, para, después de un encore y desearle feliz cumpleaños a la hija de Steven Wilson, rematar con “Halo” y “Trains”.
Pero el perfecto final fue “Collapse the Light Into Earth”. Ahí te vi alucinando con las estrellas decorando el universo, abrazada de tu pareja, danzando mientras Wilson pulsaba el piano y lánguidamente cantaba el nombre de la canción. Los vi suspirando y llevándose las manos a la cabeza. Quizás porque nunca pensaron ver lo que vieron, escuchar esas notas y sentir ese estremecimiento . Cosas de las que uno se da cuenta cuando no tiene pantallas de celular enfrente. No habrá fotos ni video, pero lo de Porcupine Tree fue un concierto que no se olvidará.
Setlist de Porcupine Tree en Pepsi Center
Primera Parte:
Blackest Eyes
Harridan
Of the New Day
Rats Return
Even Less
Drown With Me
Dignity
The Sound of Muzak
Last Chance to Evacuate Planet Earth Before It Is Recycled
Chimera’s Wreck
Segunda Parte:
Fear of a Blank Planet
Buying New Soul
Walk the Plank
Sentimental
Herd Culling
Anesthetize
I Drive the Hearse
Sleep Together
Encore:
Collapse the Light Into Earth
Halo
Trains