Hace unos años, la talentosa Elizabeth Holmes estaba como político veracruzano. Viviendo “en la plenitud del p… poder”, la joven era fundadora de Theranos, una gigantesca empresa de tecnología en Silicon Valley. Aparecía en las listas de Forbes como la billonaria más joven en la historia y por supuesto, era aclamada como una visionaria que revolucionaría el mundo de la medicina.

Después, descubrieron que todo se trataba de un fraude. 

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Mientras avanzan los procesos legales en su contra,  la mera verdad es que la extraña historia personal de Elizabeth Holmes y el millonario engaño de su empresa Theranos nos tiene intrigados.

Su caso ya rasguña el estatus de leyenda. Mientras la joven —en la vida real— enfrenta cargos por fraude y conspiración, su abrupta caída de la élite mundial ha inspirado documentales aclamados en el festival de Sundance, libros convertidos en best sellers, un friego de podcasts e incluso ya preparan una serie en la que será interpretada por Amanda Seyfried.

La historia da para mucho de qué hablar, pero aquí les preparamos un resumen de 7 puntos para conocer el caso de Elizabeth Holmes y el fraude en Theranos.

Un poco de su historia personal

Actualmente, Elizabeth Holmes tiene 37 años pero su historia empresarial comienza desde que tenía 19 años.

Hija del antiguo vicepresidente de Enron —una extinta compañía de energía que terminó en bancarrota porque les cacharon un fraude— y una funcionaria del Congreso en Estados Unidos, Elizabeth Holmes, como se imaginarán, entró sin broncas a la universidad de Stanford para estudiar Ingeniería Química. 

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Antes de cumplir los 20 años, en 2003, se inspiró completamente en los emprendedores de Silicon Valley. Abandonó la escuela, empezó a usar cuellos de tortuga negros y utilizó el dinero de su colegiatura para fundar una nueva empresa, Theranos. 

Theranos y unas gotitas de sangre

La empresa, que parecía revolucionar la manera en la que se llevaban a cabo los análisis clínicos en el mundo se llamaba Theranos —como una mezcla de las palabras “therapy” y “diagnosis”.

Y según esto, Elizabeth Holmes le tenía miedo a las inyecciones.

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Foto ilustrativa: Getty Images.

De ahí fue que sacó la inspiración para crear una forma de hacer estudios con la menor cantidad de piquetes posibles y por supuesto, extrayendo cantidades de sangre minúsculas. Prometían que, gracias a su tecnología, con tan solo unas gotitas de sangre podrían diagnosticar toda clase de enfermedades como cáncer, diabetes y un larguísimo etcétera.

¿La bronca? El mentado aparato que guardaba la sangre y hacía los estudios no servía… pero, claro, eso no importó.

Holmes y los millones de dólares

Aferrada a que la idea detrás de Theranos tenía potencial —a pesar de que múltiples especialistas, incluidos sus profesores universitarios, le dijeron que era imposible—, comenzaron a recaudar millones de dólares para hacer crecer la empresa. Construyeron, incluso, una junta de directores repleta de grandísimos nombres políticos, pero que poco sabían de medicina o tecnología.

Elizabeth Holmes era la mente maestra de la operación.

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En su apogeo, algunos años después de fundada, Theranos estaba valuada en casi 9 mil millones de dólares, tenían 400 millones de dólares de inversión directa y por supuesto, Holmes aparecía en la lista de Forbes como la billonaria más joven.

El contrato con Walgreens

En 2013 llegaron los reflectores después de que Elizabeth Holmes y Theranos anunciaran un contrato millonario con Walgreens, la segunda cadena de farmacias más grande en Estados Unidos.

¿El plan? Harían estudios en todas las cadenas utilizando su tecnología.

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Foto: Cuartoscuro

¿La bronca? Años después, gracias a las investigaciones, el mundo se enteró que la tecnología —contenida en un aparatito bautizado en honor a Edison— seguía sin funcionar.

No solo no daba resultados correctos, tampoco utilizaba la cantidad de sangre que prometían y lo más ridículo es que Theranos seguía cumpliendo con el contrato y realizando estudios… pero de una manera insólita. Sacaban sangre a sus pacientes y subcontrataban laboratorios tradicionales, o compraban pruebas que ya existían en el mercado. 

La caída (en picada) de Elizabeth Holmes

Después de el testimonio secreto de algunas personas que trabajaban en Theranos, un periodista del Wall Street Journal comenzó a seguir el caso. Publicó su artículo en octubre de 2015 y reveló los detalles que ahora conocemos: la millonaria tecnología era muy brillante, pero no servía.

“Eso pasa cuando quieres cambiar las cosas. Primero piensan que estás loca, luego pelean contigo y finalmente, de la nada, cambiaste el mundo”, respondió Elizabeth Holmes a la publicación.

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Foto: Getty Images

Y de ahí comenzó una caída en picada.

El Departamento de Salud de Estados Unidos lanzó una investigación contra la tecnología de Theranos y terminaron prohibiéndoles vender cualquier producto médico durante dos años o hasta que pasaran un auditoría. Walgreens canceló su contrato. El Estado de Arizona los demandó por vender más de un millón de estudios con promesas falsas. 

La FDA les revocó la licencia para hacer análisis de sangre.

Y en cuestiones financieras también se fueron al traste. Los inversionistas demandaron a Theranos por fraude, sacaron todos sus dólares de la empresa y la Comisión de la Bolsa de Valores terminó por disolver la compañía a finales de 2018.

¿20 años de cárcel?

Después de tremendo zafarrancho, obviamente, el gobierno de Estados Unidos presentó una denuncia penal contra Elizabeth Holmes y otros ejecutivos famosos de Theranos. 

Las acusaciones están tremendas pero básicamente le tocaron fraude y la conspiración.

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Específicamente los señalan por defraudar a médicos y pacientes con sus análisis de sangre. También de defraudar a los inversionistas con promesas de una tecnología que de plano no funcionaba y para acabarla de amolar, los acusan también de destruir evidencia al compartir unos archivos de la empresa con la Fiscalía… ¡y después borrar los servidores!

Según CNN, Holmes enfrenta 20 años de cárcel, una multa de 250 mil dólares y a pagar una restitución por cada cargo de fraude. Ouch.

El juicio de Elizabeth Holmes

La situación está color de hormiga y por supuesto, con una cantidad impresionante de intrigas.

El juicio de Elizabeth Holmes comenzó en septiembre —después de atrasarse por la pandemia y por su embarazo—, pero se espera que dure muchas semanas más.

El caso es complejo porque además de la empresaria, también está acusado un hombre llamado Ramesh Balwani, antiguo director de operaciones de Theranos y la presunta pareja sentimental de Holmes. Algunos especialistas que han seguido el caso aseguran que la estrategia de Elizabeth Holmes en el juicio fue acusar de acoso, manipulación y abuso al otro hombre detrás de la compañía.

Después de mucho ir y venir, en los primeros días de enero de 2022, Elizabeth Holmes fue declarada culpable. 

Al final, el jurado gabacho la declaró culpable tres cargos de fraude y uno de conspiración. Se espera que le caigan años de cárcel, pero se vienen meses complicados: no hay sentencia mínima y la máxima podría alcanzar 80 años. Nomás que serán meses de dudas.

*Con información de CNN, Wall Street Journal, Bloomberg y Vanity Fair.

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Soy Max Carranza y me he pasado la vida rodeado de memes, cultura digital y bastantes horas frente a las pantallas. En el camino me encontré la pasión por abordar los temas sociales más urgentes e intentar...

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