Para acabar de darle forma a eso que llaman “El Nuevo PRI”, se ha revelado que uno más de sus flamantes exgobernadores estatales habría incurrido en tranzas que dejaron las arcas públicas un poco más pelonas.
De los creadores de Javier Duarte, Roberto Borge y César Duarte, llega a nuestro conocimiento el caso de Miguel Ángel Reyes, exEjecutivo de Zacatecas, quien no se enteró (o provechosamente permitió) que durante su administración, al menos 24 empresas fantasma fueran usadas para el desvío de recursos de la entidad. Por si dudan, esto ya casi está confirmado: la excandidata de Morena a la Alcaldía de Zacatecas, María Soledad Luévano, ya realizó la respectiva denuncia ante la Procuraduría General de la República.
Aunque no tan atascado como en los casos de Veracruz (bueno, nada se le compara), el caso zacatecano no podría pasarse por alto… a menos que sea un Estado en completa pujanza, al que poco le importe la falta de 307.4 millones de pesos, los cuales se habrían desviado durante el periodo 2012-2016.
De acuerdo con el Diario Reforma, propiamente Reyes no sólo se habría hecho de la vista gorda; sino que, junto con funcionarios de su administración, está más que implicado en la simulación de operaciones con comprobantes fiscales. El resto de su banda estaría conformado por los exSecretarios de Infraestructura, Mario Rodríguez Márquez y José Francisco Ibargüengoitia; y el exSecretario de Finanzas, Fernando Soto Acosta.
El diario capitalino establece que, de las 24 empresas fantasmas utilizadas para sus tranzas, siete ya habían sido señaladas por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) como empresas involucradas en operaciones simuladas.
Es decir, presuntamente venden facturas, no cuentan con los activos, personal o capacidad material para prestar los servicios o entregar los bienes para los que fueron contratadas; y aun así, fueron contratadas por dependencias de Zacatecas.
Así como en otros casos de desfalco al erario, en Zacatecas se habrían otorgado jugosos contratos a empresas y proveedores “hechizos”, con las que se simularon la realización de operaciones en favor del gobierno de Zacatecas… pero, ¡cúal! Nada más sirvieron para clavarse lana.