El tiempo, es el recuento de nuestras vivencias, la coraza que nos indica que hay principio y fin, hoy y ayer… ¿Quién es Alice Munro? pensé durante el viaje; como muchos, no recordaba haber escuchado su nombre. Había un poco de tráfico.

Desperté tarde aquella mañana; como cada día, preparé el desayuno, avena con manzana y café, recientemente vi en una revista de salud los beneficios de una dieta basada en el consumo de cereales. Tardé demasiado en la ducha, alargando la salida de casa, al terminar, me vestí de inmediato mientras escuchaba en la radio el nombre del nuevo laureado nobel de literatura: Alice Munro. Salí a cortapisas para alcanzar el autobús.

 Hay una terrible necesidad entre los seres humanos de explicarnos todo, de recurrir al pasado para encontrar el origen del presente, para justificar nuestras acciones y nuestros errores. Qué más da, el pasado lo construye el que cuenta la historia.

Dos días después tomé prestado uno de los libros de Jessica, caminé por los jardines de la universidad, mi café se había enfriado por lo que di prisa a la lectura eligiendo una banca a un lado de un árbol con buena sombra.
¿Qué es recordar? Es dar cuenta de cómo la memoria selectiva puede rescribir el pasado, borrar detalles e inventarnos otros. La memoria es la pluma que redacta la página en cada nueva lectura. Incluso el presente está listo para ser reconstruido, afirma Ailsa Cox en el libro dedicado a Munro.

Las percepciones que tenemos durante la experiencia guardan una gran cantidad de elementos en nuestros recuerdos, puede decirse que las percepciones infectan la memoria, y que ésta,reconstruye las percepciones durante el recuerdo. Doy un sorbo a mi café; está helado. Pienso en cuantas veces me he contado y he contado mi propia vida, cuantas veces las sociedades ha reconstruido su pasado, para llegar a una ficción de lo que hoy es nuestro presente. Las familias, las sociedades, las naciones quizá todos debamos aprender a contarnos la historia, nuestra historia.

Cox, asegura que esta permutación entre el pasado y el presente es uno de los elementos más distintivos del estilo de Munro. Tal como lo muestra a través de la experiencia de los personajes de sus historias, los individuos pueden aprender que el pasado no se descubre intacto, los recuerdos son reconstruidos con el paso del tiempo y por las cambiantes perspectivas del presente.

Cada persona es un sí mismo esencial, un sí mismo, que puede ser una ficción y que es necesario redescubrir en el día a día, afirma. Como seres humanos debemos descubrir el grado en el que hemos sido escritos para nosotros mismos y para los otros. En the progress of love, Munro nos da un gran ejemplo de ello, la protagonista revalora su historia familiar al comparar las contradicciones en la interpretación que hace de su pasado. En Family Furnishings, dice Cox, el pasado transcurre en el presente.

Sé que construir el presente revalorando el pasado es el medio para exorcizar los temores, las desilusiones, los grandes paradigmas que nos mantiene atados a las experiencias no deseables. Munro misma desenmarañó la relación con su madre a través de sus historias; en ocasiones, muchas ocasiones, su pasado fue materia prima en su trabajo como escritora.

La obra de Munro quizá logre enseñarnos el gran y tan necesario arte de la reconstrucción del pasado. Sus historias probablemente constituyen una invitación a contarnos a nosotros mismos nuestra propia historia y con suerte,en el mejor de los casos, alconvertirnos en los escritores de nuestro propio tiempo, encontremos como afirmó Munro a Graeme Gibson, una compensación por la falta de control sobre nuestras propias vidas a través de ordenar la experiencia ficticia.

@YisusRC

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