Ya que Aurelio Niño sacó el tema, el precandidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador lo confirma: sí echará atrás la reforma educativa. Corrección: la “mal llamada reforma educativa”.

De gira por Tabasco, AMLO se reunió con integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y ante ellos se comprometió a que, en caso de que el movimiento que representa llegue al poder, no se dará continuidad a la humillación del magisterio. Se pactará con docentes y padres de familia una verdadera reforma educativa que mejore la calidad de la educación y, además, garantice el derecho a la educación, señaló el exlíder nacional de Morena.

Lo anterior claro que da un poco de juego al exsecretario de Educación y actual coordinador de campaña del precandidato presidencial del PRI, Aurelio Nuño, quien recientemente señaló que AMLO está dispuesto a “sacrificar el futuro educativo de niños y niñas” (que para él está basado en la reforma educativa emprendida por EPN), con tal de aliarse con Elba Esther Gordillo. “Por eso López Obrador quiere echar abajo la reforma y el nuevo modelo educativo”.

A pesar de que el PRI es el partido que ya firmó convenio con el Panal (partido fundado por “la Maestra”) el coordinador de la precampaña de José Antonio Meade advirtió que AMLO es el interesado en restablecerle los privilegios de Gordillo, esos que tenía en las épocas del priismo más añejo: regresarán “los viejos privilegios de clientelismo, de venta de plazas, todo lo que representa Elba Esther, en contraparte de tener a los maestros libres, haciendo una carrera por su propio mérito, evaluados, preparados; a niños que estén en el nuevo modelo educativo siendo críticos, aprendiendo inglés”, que es como estarían con Meade, sugirió Nuño.

Elba Esther Gordillo no ha hecho más que salir de la cárcel para gozar del beneficio de prisión domiciliaria, disfrutar del lujo su departamento en Polanco… o donde quiera que se le ocurra ir, ya que le quitaron el brazalete de localización (porque no la dejaba dormir), pero eso ha bastado para tenerla de nuevo en el juego político. Recordemos que “dicen” que ella fue pieza clave en la victoria que llevó a Felipe Calderón a Los Pinos, al mover a todo el magisterio favor de la campaña del panista.

En entrevista concedida a La Jornada  en 2011, Gordillo confesó que para recibir su apoyo, Calderón aceptó acuerdos “de orden político”. “Así fue como el licenciado Campa llega a seguridad; así fue como otro individuo que participó en el equipo, el licenciado Yáñez, que en ese entonces era oficial mayor de la Cámara, fue a ocupar otro cargo de orden administrativo (director de la Lotería Nacional), y así fuimos colocando. Pero si ustedes revisan, nadie era del SNTE… Así es como se resuelve que el señor licenciado Yunes fuera al Issste”.

En declaraciones dadas previo al proceso electoral de 2012, la entonces todavía lideresa de magisterio señaló que tenía buena relación con todos los personajes que en ese momento se perfilaban para contender por la presidencia: Marcelo Ebrard, Enrique Peña Nieto, Ernesto Cordero y Alonso Lujambio… bueno, casi todos: con López Obrador no: “Él siempre ha trabajado con una corriente del sindicato que es antagónica a nosotros, totalmente antagónica. Una cosa es ‘S’ (SNTE) y otra cosa es ‘C’ (CNTE). Él (López Obrador) optó por apoyar a los grupos de la coordinadora radicales, llámese Michoacán, llámese Oaxaca, llámese una partecita en Guerrero”, señaló hace casi siete años Gordillo… y bueno, llegó EPN al poder y la entambó, para ahora -casi al final de su sexenio- dejarla más o menos libre.

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