Lo bueno es que aquí en México lo tenemos a él para salvarnos de cualquier decisión popular entre los ciudadanos.
Durante su intervención ante el pleno de la Organización de las Naciones Unidos (ONU), el presidente Enrique Peña Nieto no sólo hizo el ridículo… también compartió un poco de la sabiduría que posee y advirtió sobre la “amenaza del populismo”, que ya ronda en varios países de Latinoamérica.
“Con las crecientes desigualdades, con una crisis económica mundial que no cede y con la frustración social que esto provoca, el mundo hoy está expuesto a la amenaza de los nuevos populismos. Nuevos populismos de izquierda y de derecha, pero todos riesgosos por igual”.
Lo anterior, fue dicho por el presidente para justificar las varias decisiones que ha tenido que tomar, las cuales para nada han sido bien recibidas por la mayoría de sus gobernados. Por ello, además de saber que los ciudadanos “que no aplauden”, EPN ha tenido que aceptar que no se le puede dar gusto a todos.
“Deben estar alertas frente a quienes se aprovechan de sus miedos y preocupaciones, ante los que siembran odio y rencor con el único fin de cumplir agendas políticas y satisfacer ambiciones personales”.
El presidente no sólo es teórico. Lo dicho en la ONU ejemplifica la forma en que ha abordado el caso Ayotzinapa: mientras él sale del país, en las calles de la Ciudad de México se recrimina la forma en que el gobierno actuó frente a la desaparición de los 43 normalistas desaparecidos desde septiembre de 2014.
De la misma forma, en lo que en nuestro país se desaprueba cómo el ejército viola derechos humanos, EPN no hace caso… es más, hasta presume en Naciones Unidas el servicio de las Operaciones para el Mantenimiento de la Paz de la ONU, “su experiencia en el ámbito de la asistencia humanitaria”.
“No debemos repetir los errores que tanto dolor causaron al mundo en el pasado. Al contrario, es tiempo de rescatar y respaldar los principios que nos definen como personas, los altos valores que dieron origen a las Naciones Unidas como son la paz, la solidaridad y el respeto a los derechos humanos”.
En fin, como si poseyera respuestas a cada una de las problemáticas mundiales, EPN también se refirió al tema migratorio y el narcotráfico, temas que México ya los tiene bien trabajados… no con medidas populares, ni con mucho éxito.