Más o menos tenemos una idea de lo que piensan al leer el título de esta nota, pero espérense a conocer a poderosa crítica de la iglesia católica de nuestro país.
Ya que en estas fechas todo mundo espera con ansias celebrar la llegada de ese increíble personaje creado para sangrar nuestros bolsillos (nos referimos a Santa Claus, claro), la Arquidiócesis de México lanzó un nada contundente artículo en el que lamenta la importancia que se le da a ese panzón, en detrimento de la verdadera razón por la que se celebra la navidad.
No… no son las bacanales que se arman, ni tampoco ver el América-Tigres el 25 de diciembre…. mucho menos chutarnos Titanic. Para los que no lo saben, el lugar privilegiado de la navidad corresponde al nacimiento de Jesús.
En el artículo del semanario que seguramente muchos de ustedes leen religiosamente, la Arquidiócesis critica que incluso en hogares católicos ese “personaje ficticio” (o sea, Santa) ha llegado para desplazar “por completo de la (repartición de varo) escena al Niño Dios”.
Para las autoridades eclesiásticas, Papá Noel no es más que un “personaje ridículo, un payaso panzón” que ha hecho que lo que antes era una conmemoración 100% religiosa ahora es más vista como “una fiesta consumista, donde lo que importa es comprar, regalar, apantallar, cenar, beber y esperar obsequios”.
Echándole la culpa de lo anterior a la “poderosa mercadotecnia”, el texto titulado “Santa Claus, el impostor” señala que la génesis del rechoncho sujeto de traje rojo debería de hacer que éste fuera objeto de burlas… y, en definitiva, ser “olvidado”. Sin embargo, el hecho de que haya ocurrido lo contrario y ahora hasta sea objeto de aprecio y veneración por parte de millones de chamacos alrededor del mundo es algo “inaudito”.
Pues ahí lo tienen: hagan equipos de tres y decidan a quién le van, ¿a Yisus o a Santa?