Con la realización de la Copa del Mundo, a los millones de fanáticos del fútbol el próximo mes nos espera un verdadero festín, pero para que éste se lleve a cabo, en Brasil se han desatendido o maquillado verdaderos reclamos de la población. Las manifestaciones no sólo se dan grupo y “violentamente”, el arte también es espacio para la protesta.
Apenas el 10 de mayo, Paulo Ito dio a conocer en su página Facebook una imagen que parece condensar la insatisfacción de muchos brasileños ante la celebración del Mundial en su país. Desde entonces la obra de Ito se ha vuelto altamente viral y se ha compartido en la red en por lo menos 40 mil ocasiones.
La imagen es muy simple: un niño hambriento y llorando frente a un plato, sin nada qué comer… sólo un balón de fútbol.
No es que Brasil atraviese por una crisis de hambre –aunque parte de su población la sufre-, pero la imagen evoca los muchos problemas sociales que tiene el país sudamericano y que no ha resuelto –presumen los críticos- por atender asuntos del Mundial: no por nada las inminentes huelgas en los sectores de transporte, educación, salud, seguridad, limpieza y demás servicios públicos.
“La verdad es que hay muchas tantas cosas mal en Brasil, que no sé por dónde empezar (…) no fue mi intención decir que nadie está haciendo algo contra la pobreza, pero tenemos que mostrar al mundo –o a nosotros mismos- lo que somos”. Comentó Ito en entrevista.
Aunque muchos pueden argumentar que las protestas son atendidas por el gobierno: hace unas semanas se anunció el incremento al apoyo gubernamental Bolsa Familia, el cual está destinado a las personas de bajos recursos, además que el año pasado las manifestaciones contra el incremento a las tarifas de transporte tuvo una pronta respuesta y las autoridades desistieron del aumento, para David Goldblatt –autor del libro Nación Fútbol: la historia de Brasil a través del Fútbol, esto sólo es diseñado para aplacar las manifestaciones: “no fue mucho, pero fue suficiente para aligerar el movimiento”.
Con todo, Ito no entiende cómo su obra ha sido utilizada por medios conservadores en Brasil para atacar a Dilma Rousseff, presidente de Brasil, ya que –dice- su mural es una crítica más amplia, a la sociedad brasileña. Incluso señala que la sucesora de Luiz Inacio Lula Da Silva ha hecho algunas cosas buenas por la gente pobre.
Para conocer más de la obra de Paulo Ito da click aquí.