Anders Behring Breivik, quien inició este lunes su juicio acusado de la matanza ocurrida en Noruega, se declaró inocente, pero admitió la autoría de los 77 asesinatos realizados en julio pasado.

Sí, leyeron bien. Aunque Breivik aceptó haber matado primero a ocho personas al detonar una bomba a los pies de la torre que alberga la sede del primer ministro laborista y luego disfrazado de policía, disparar por más de una hora contra miembros de la Juventudes Laboristas reunidos en un campamento de verano en la isla de Utoya, cerca de Oslo, que dejó otras 69 víctimas, declaró: “”No reconozco a los tribunales noruegos, porque reciben su mandato de los partidos políticos que apoyan el multiculturalismo (…)Reconozco los hechos, pero no mi culpa criminal, y reclamo legítima defensa”.

Tras entrar a la sala en que se le juzga, Breivik, una vez despojado de las esposas, hizo su saludo de extrema derecha a la asistencia, integrada en parte por familiares de sus víctimas. Según su manifiesto publicado en internet tal saludo significa “la fuerza, el honor y el desafío a los tiranos marxistas de Europa”.

Durante la lectura del acta de acusación y los nombres de las ocho víctimas de la explosión de un coche bomba cerca de la sede del gobierno noruego, precisando las causas de su muerte y los daños materiales causados por la explosión; así como cuando la fiscal Inga Bejer Engh abordó la matanza de los 69 jóvenes en la isla de Utoeya, Breivik no mostró emoción alguna.

Sin embargo, al momento de proyectar el video de 12 minutos posteado el día de los ataques, el cual llama a la derrota de las “elites del multiculturalismo” y la prohibición del Islam de Europa, el acusado de 33 años mostró un desequilibrio que lo llevó del llanto a la emoción. Incluso hubo un momento en que sonrió cuando la acusación recordó pasajes de su pasado.

El motivo por el que Breivik clama legítima defensa se basa en su afirmación de que él llevó a cabo la masacre en nombre de su cultura, con el fin de protegerla de una posesión musulmana ya en curso y facilitada por la de izquierda de su país.

Aun cuando el año pasado un primer informe de psiquiatras había declarado a Breivik como psicótico y penalmente irresponsable, un nuevo informe que data del 10 de abril lo encontró penalmente responsable. Por lo que serán cinco jueces del tribunal de Oslo los que tendrán que decidir sobre esta delicada cuestión en su veredicto que se espera en julio.

Si Breivik es finalmente reconocido penalmente responsable, podría púrgar una pena de 21 años de cárcel, la cual podría prolongarse mientras sea considerado como peligroso. En caso contrario, será sometido a un tratamiento psiquiátrico en un establecimiento cerrado, potencialmente de por vida. Cualquiera que sea su destino, la fiscalía espera que el asesino no recupere nunca más la libertad.

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

Comentarios

Comenta con tu cuenta de Facebook