Dos ataque perpetrados en el centro financiero de Jos, Nigeria dejó un saldo de 118 muertos y cerca de 45 heridos. Aunque el grupo radical Boko Haram aún no se adjudica los hechos, autoridades indican que las características del atentado corresponden con el modus operandi del grupo extremista islámico.
Aunque las cifras de fallecidos es alta, las autoridades temen que ésta se eleve, debido “a que aún hay escombros que no hemos removido”, indicó Mohammed Abdulsalam, coordinador de la Agencia Nacional de Manejo de Emergencias.
Los incidentes se presentaron alrededor de las tres de la tarde (hora local), cuando a esa hora se detonó la primera explosión, sólo media hora después ocurrió el segundo estallido.
Grupos rebeldes de Irak utilizan ataques como el ocurrido en Jos, ya que la detonación de “bombas en cadena” maximiza el número de víctimas: “El primer estallido ocurrió alrededor de las 3 de la tarde (local) y la segunda a las 3:30, cuando la gente se había reunido para ayudar a las víctimas”, señaló Chris Olakpe, comisario de policía del estado de Plateu.
Los presuntos responsables de este ataque, elementos del grupo extremista Boko Haram, tienen secuestradas a más de 270 menores de edad desde el pasado 14 de abril. Mediante videos, el líder de este grupo ha advertido de la inminente venta de las jóvenes debido a que éstas reciben educación occidental.
Aun sin pistas que sirvan para dar con el paradero de las jóvenes, el gobierno de Nigeria señaló la probabilidad de que Boko Haram haya dividido a las secuestradas en varios pequeños grupos, con el fin de distribuirlas por todo el país.
*Vía La Jornada / Fotografía: AP, AFP