Si eres de los que ha sido extorsionado o robado por algún policía capitalino, siéntete “afortunado”, ya que según los resultados de los exámenes de control de confianza que aplican las autoridades, que te toque un agente corrupto es casi como si te sacaras la lotería…
Según Juan José Olea Valencia, director del Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), el 99.9% de los policías preventivos y de investigación de la Ciudad de México aprobó sus respectivas pruebas toxicológicas, de entorno social y patrimonial, del polígrafo… bueno, hasta la prueba de talento y la del traje de baño.
“El índice de reprobación en el Distrito Federal es mínimo, de lo que se trata en el control de confianza es evitar que existan servidores públicos con adicciones a drogas ilegales, que tengan una adecuada salud, que su situación de vida corresponda a sus ingresos y que estén alejados de actos de corrupción”
Lo anterior quiere decir que sólo el 0.1% de los polis del DF salió con alguna adicción o se le vinculó con algún tipo de delito… o de plano no cuenta con la envidiable salud (y sobre todo el físico) que se necesita para desempeñar labores de prevención e investigación del delito, razón más que suficiente para iniciar el procedimiento para darlo de baja.
Como parte de este proceso de depuración, las corporaciones capitalinas están en proceso de renovar sus certificados de evaluación (cosa que no se hace en otras entidades, según Olea Valencia), todo en aras de evitar que entre sus elementos haya algún pachecón o chaca, lo cual ha permitido reducir los ilícitos hasta en 10% en lo que va del año.
No hay razón para creer que los resultados están alterados o que los polis presentaron jugo de manzana en lugar de una prueba de orina, ya que el DF cuenta con un Centro Certificado y Acreditado para realizar los controles de confianza… que se encuentra a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF)…
Es decir, la policía evalúa a la policía… pero no hay razón para desconfiar de los resultados.