La salida sorpresa del nuevo disco homónimo de Beyoncé fue todo un éxito, el álbum vendió cientos de miles de copias en las horas siguientes al lanzamiento y ya se ha colocado en el número uno de la lista de los 100 mejores de Bilboard. Aquí está nuestra reseña video por video.
Escena uno: “Pretty Hurts“. Belleza rima con tristeza.
Difícil al principio, piensas que la chica bonita se está quejando de ser bonita pero no, sigues escuchando y te encuentras con que lo difícil es que te obliguen (tu carrera, tu familia, tus amigos) a ser bonita. El enemigo en el espejo eres tú. La cosa se vuelve más melancólica e incómoda cuando Beyoncé se pregunta (nos pregunta) Are you happy with yourself. Te encuentras con una canción que abre el disco melancólicamente, pero esto ya te lo habían hecho con I Am… Sasha Fierce.
Escena dos y tres: “Ghost“ y “Haunted“. Lo artístico que le llaman.
El video de Ghost y Haunted forman una unidad, son los video más oscuros estéticamente hablando. El primero es muy corto, ves algunas tomas de Beyoncé envolviéndose en distintas telas mientras esta frase descansa en un beat que va en aumento “All this people in the planet workin’ nine to five just to stay alive“. Luego viene Hunted, es uno de los videos más poderosos de toda la colección. Haunted es una canción de amor, pero del amor oscuro, del eros negro, del placer de sufrir con una persona que, a veces, a tu pesar, te habita y, que desde luego también habitas. Mujeres pálidas, ancianos decrépitos alrededor de una Beyoncé perdida entre la violencia de las pantallas. En estos dos videos, Beyoncé logra tan naturalmente aquello por lo que Lady Gaga se esfuerza tanto: imágenes y sonidos poderosos cuyo mensaje no se recarga en las lyrics conceptuales.
La pantallas y las relaciones: el amor es un simulacro
Escena cuatro: Drunk In Love (feat. Jay Z)
Ah, ya habías escuchado el viejo tópico de que estar enamorado es estar borracho. Sí, el mundo se convierte el algo más llevadero y, si te olvidas de la cruda del desamor, todo se convierte en una fiesta. Sólo Beyoncé y Jay Z cantando en la playa lo bonito que es estar enamorados. Eso…
Escena cinco: “Blow“. La sexosa.
Te la ponen fácil con letras como “Keep me coming, keep me going,
keep me coming, keep me going“. Una canción medio ochentera sabrosona de hombros- cadera. La primer afortunada canción del disco que genuinamente se puede bailar, exige un video colorido, un video en patines. Ves el fluo escurrirle por los muslos. Tendrás nostalgia por la década de la brillante sexualidad.
Esta canción además fue escrita con Pharrel y Justin Timberlake.
Escena seis: “No Angel“ . Back on the hood.
“No Angel“ habla del amor de una mujer hacia un hombre impaciente y duro. “Stop acting so scared, just do what I tell“. Un R&B modernón.
Cuando los cantantes vuelven al hood, casi siempre resultan bodrios como Jenny from the block, pero, en el video, Beyoncé volvió no para presumir, sino para recordar cómo era el amor en los tiempos del barrio. Los hombres duros, las mujeres voluptuosas… la otra guerra de poderes que se mantiene oculta.
El video es como esos videos que hace Vice cuando se quiere ver interesante y convencernos de que qué tanto entiende a las “subculturas“.
Escena siete y ocho: “Yoncé“, “Partition“ La casita burdel de los sueños.
El primer video no es una canción en el disco, es un pequeño interludio, más eye candy que cualquier otra cosa pero el beat enjoyado del hip hop en “Yoncé“ lo vale todo.
“I sneezed on the beat and the beat got sicker. Yoncé all on his mouth like liquor“
La canción que naturlamente tenía que seguir de “Yoncé“ es una de las mejores del disco: “Partition“. El cliché “sexy“ se inventó para vender estas canciones. Es una de esas canciones que se escriben para que Beyoncé humille a todas las demás caderas en el mundo. Luces rojas pero tibias, metes a la muñeca Beyoncé a su casita- burdel de los sueños.
Escena nueve: “Jealous“. Las pequeñas cosas que no se pueden decir.
Esta canción es mucho más terrenal, te recuerda a las baladas como “Me, Mysel and I“, esas canciones muy personales de Beyoncé en las que dice cosas tan simples como “I’m just jealous, I’m just human“ pero que raspan al salir de la garganta. Sólo si uno reconoce su propia pequeñez puede odiar.
El video es oscuro pero muy elegante. Desde la mansión, desde el Pent House, Queen B llora su tristeza… #losricostambiénlloran
Escena diez: “Rocket“. Freud.
Otro sensual R&B, una balada y un video llenos de elegantes insinuaciones… o albures visuales, como lo quieran ver. Este video es un carnaval freudiano hipnótico que raya en lo cómico. Desde la explosión/venida círtrica de esta naranja, hasta la forma lenta… muy lenta… en que la manguera de gasolina entra en el coche… eso.
Si les gusta “Ego“, disfrutarán mucho de estas joyitas de letras:
I do it like is my profession
I gotta make a confession
I’m proud of all this (b)ass
Lemme put it in your face.
🙂
Escena once: “Mine“ (feat. Drake). Cerca pero no.
La colaboración de Drake tenía un buen de potencial pero se cae en un coro tan cursi y feo. Las intervenciones del rapero, sin embargo, apenas y logran salvar la canción. El video por otro lado, va por la línea de las imágenes estrobo, pero, sorprendentemente, logra rescatar la canción. No escuchas la canción pero sí puedes ver el video sin problemas.
Beyonce no había caído en este tipo de canciones porque bueno, no lo necesita realmente. Las colaboraciones con raperos como Drake deberían resultar en un producto visual y musical más redodndo. Esta dupla pudo ir más allá.
Escena doce: “XO“. Una tarde de Instagram.
Ah, esta canción es cursi, sí. El video es una tarde de Instagram, sí. A pesar de todo llega un momento en donde la batería y un coro entran en el momento adecuado y ya no la puedes quitar.
Este video aprovecha para dejar de manifiesto el carisma de Beyoncé, uno de esos videos en donde está rodeada de gente feliz. Es una canción mediana pero no la desechamos.
Escena trece – Flawless (feat. Chimamanda Ngozi Adichie). Gracias.
Creo en Flawless de Beyoncé; en que es la mejor canción de su disco y en que hay que inclinarse ante ella. Creo en su letra agresiva por el poder que le ha otorgado su santa voluptuosidad y la seguridad que le confiere a los que escuchan su palabra. Creo en la novelista Chimamanda Ngozi, que está sentada a su derecha, recitando que no le enseñamos a las mujeres a vivir su sexualidad como se lo enseñamos a lo hombres. Creo en la imagen en blanco y negro, profeta del inconsistente mensaje feminista de “Flawless“. Creo en la inmaculada y vengativa belleza interior de la mujer.
Bow Down Bitches!
Escena catorce: Superpower (feat. Frank Ocean) The Riot of Love
La resistencia política como un acto de amor, o el amor como un mensaje político… como sea, Superpower habla de resistir a eso que nos reta y quiere derribarnos. Una canción de amor que se convierte en algo más cuando su video nos muestra a un grupo de personas protestando e incendiando una ciudad.
Bueno, esas escenas ya son un tópico en la videografía mundial. Este video en realidad no da mucho de sí, pero vale la pena con una canción como Superpower. En ésta, Frank Ocean le echó la mano (no literalmente porque, bueno… es gay) y el resultado fue afortunado.
Por cierto, aparecen ahí las integrantes de Destiny’s Child coreando una vez más.
Escena quince: “Heaven“. Booooring.
Esta es una canción muy personal. Las baladas de este disco definitivamente tienen un aire tan íntimo que aburren. “Heaven“ no es la excepción. Es una canción que, si no apareciera en el disco, no haría ninguna diferencia, pero qué le vamos a hacer, es su disco y llora si quiere. El video es muy simple y tal vez nos sirva para a hacer algún meme.
Escena dieciséis: “Blue“. Con dedicatoria.
Siempre, siempre, terminas dedicándole una canción a tu hijo… creo. Pues Beyoncé protagoniza el video de “Blue“ junto con su hija Blue Ivy.
Claro que no soy muy fan de este tipo de canciones pero ésta no es tan mala en realidad. El video es muy cursi y toda la cosa pero la letras simples van acompasadas por un ritmo agradable. El video ya se estrenó y fue grabado en Brasil.
Escena diecisiete: “Grown Woman“ (Bonus Video).
El clip producido por Timbaland es uno de los mejores. Ya habíamos escuchado alguna de las lyrics y visto algunas imágenes del video en conciertos pasados. En realidad la canción es estupenda y sí es diferente a como la habíamos oído antes.
El video tiene la estética ochentera de los brillos involuntarios. Me recuerda al video de “Sexual Seduction“ de Snoop Dog :). Caderas hipnóticas para rematar el final.
En fin, si ya llegaron hasta acá abajo, sólo queda decir que éste es definitivamente uno de los mejores discos de Beyoncé, siempre podemos quejarnos de un par de canciones pero en general, el hecho de que cada canción tenga un video le da un lugar especial en su discografía. Si son fans, no se van a decepcionar.
