La reunión de los Tres Amigos —así apodados cariñosamente los líderes de Norteamérica— pasó sin mayor sobresalto. Al menos en apariencia, los presidentes de México, Estados Unidos y el primer ministro de Canadá tuvieron un encuentro de cuates, con varios acuerdos importantes y hasta se presentaron, de bastante buen humor, para un mensaje en Palacio Nacional.
Nomás que con todos los ojos encima, se nos cruzó un momento incómodo.
Ya en Palacio Nacional, lo que empezó como una pregunta sobre migración, se transformó en una versión reloaded —aprovechando que andamos bilingües— de la conferencia mañanera pues AMLO se tomó casi 28 minutos de monólogo.
Mientras Joe Biden metía las manos en sus bolsas del pantalón y Justin Trudeau se recargaba en el templete, el presidente de México notó que se le había pasado un poquito la mano al micrófono. “Ya me pasé del tiempo, hay mucho frío, muchas gracias”, dijo AMLO antes de dar por terminada la ceremonia y con ello, la conferencia de prensa.
Justin Trudeau respondió: “no”, moviendo la cabeza con una sonrisa —pero refiriéndose al frío, tampoco crean que andamos de amarranavajas.
El único momento incómodo del evento fue cuando Joe Biden, presidente de Estados Unidos, se acercó al micrófono después de que todo había terminado para pedir una disculpa por las respuestas que le faltaron. “Quiero que el récord muestre que no se qué preguntas no pude responder”, dijo el mandatario. “Estoy preparado para hacerlo después”.
Pueden ver todo este intercambio por ahí del 1:59:45 en este video de la conferencia:
El monólogo de 28 minutos de AMLO incluso llegó a la prensa internacional. “Tuvo a Biden y Trudeau mirándose los pies”, decía Bloomberg. “No podían hacer nada mas que sonreír”, comentaba un corresponsal de la Casa Blanca.
“El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador acaba de dar una respuesta de 30 minutos en la conferencia de prensa trilateral”, se sorprendía un reportero de Canadá que vino a cubrir el evento y que le hacía falta curtirse con las breves respuestas de AMLO. “Biden y Trudeau veían sus zapatos”.