La directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, obtuvo u libertad bajo fianza… aunque esto no quiere decir que ya libró los cargos de fraude por burlar las sanciones financieras de Estados Unidos a Irán, sino que desde la comodidad de casita esperará ver qué pasa con su proceso de extradición a Estados Unidos.
De acuerdo con El País, las autoridades canadienses determinaron que la también hija del fundador de Huawei podrá abandonar el centro correccional Alouette, ubicado a unos kilómetros de Vancouver… bueno, nomás tendrá que pagar una fianza de 10 millones de dólares de Canadá (que son algo así como unos 7.5 millones de los verdes gringos).
Además de lo anterior, doña Meng tendrá que entregar su pasaporte y cumplir con varias medidas… esto por un tiempo que puede prolongarse hasta por varios meses, incluso años, lo cual podría ser lo mejor para ella, ya que si llega a ser extraditada a Estados Unidos podría enfrentar una pena de hasta 30 años en el bote.
No obstante, lo anterior se antoja un poco lejano. Y no por la inocencia de Wanzhou, sino porque en el caso podría meter su regordeta mano el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. “Si creo que es bueno para lo que ciertamente será el mayor acuerdo comercial que se haya hecho, lo cual es muy importante y es bueno para la seguridad nacional, ciertamente intervendría”, comentó el mandatario gringo.
A pesar de su riqueza, los dueños de #Huawei habían conseguido pasar relativamente desapercibidos. Ahora están en el centro del ojo público https://t.co/ajntZuhAwI
— BBC News Mundo (@bbcmundo) 12 de diciembre de 2018
Pese a los grandes recursos financieros con los que cuenta la alta funcionaria de Huawei, el juez o le concedió la libertad bajo caución a Meng señaló que “el riesgo de que no se presente en el tribunal durante el proceso de extradición se puede reducir a un nivel aceptable imponiendo las condiciones de vigilancia propuestas por sus abogados”.
Por el momento no se sabe si la liberación de Meng ayudará a reducir las tensiones que el problema provocó entre Canadá y China, ya que el gobierno de este último considera que la detención de la empresaria es una violación a sus libertades individuales. “Hemos construido estas relaciones durante décadas. Seguirán progresando. Canadá es un país que se rige por el derecho. Esto ha quedado en evidencia en este caso”, comentó el ministro canadiense, Jim Carr.