Así es, el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Alejandro Rubido García, aseguró que, en los operativos de las fuerzas federales de la semana pasada se detuvieron a 38 personas, entre ellos a una de las siete cabezas de Los Caballeros Templarios que exigían las autodefensas para desarmarse.

 Según MVS Noticias, en su edición de la mañana, los mismos autodefensas ya han confirmado que las autoridades capturaron a Jesús Vázquez Macías, alias el Toro y una de las siete cabezas de Los Caballeros Templarios cuya captura habían pedido para dejar las armas.

 Según La Jornada, El Toro fue detenido en Caleta de Campos, municipio de Lázaro Cárdenas, a través de estrategias de inteligencia por las que no fue necesario efectuar un solo disparo para su «aseguramiento».

Junto a los aprendidos se decomisaron 4 armas largas, 23 cartuchos, una granada, teléfonos celulares, droga y se liberaron a 5 personas secuestradas.

En conferencia de prensa en la Casa de Gobierno, Rubido expresó que, en coordinación con el gobierno estatal, las fuerzas federales mantienen vigilancia en 27 municipios, principalmente en Tierra Caliente. Según este señor:

«En los últimos seis días no se han presentado incidentes violentos, y gradualmente se viene recuperando la vida económica y comercial»

El funcionario explicó que no hay negociaciones con las autodefensas, por lo que no se permitirá que utilicen armas de uso exclusivo del Ejército:

«No habŕa emplazamientos, el imperio de la ley tiene que aplicarse para que todo ciudadano esté en el marco de la legalidad»

Aseguró que, para restablecer la tranquilidad entre los michoacanos, es necesario capturar a los otros líderes de los Templarios como Servando Martínez, La Tuta, o Enrique Plancarte, El Quique.

¿Y ahora qué? 

Una de las preguntas que surgen ahora es ¿por qué hasta ahora se ha podido hacer en días lo que no se había hecho en años con el crimen organizado?

Además, ¿qué procede después de la captura de los líderes? ¿se acaba el crimen organizado? ¿o sólo comienza otro desmembramiento de grupos que termina en enfrentamientos entre diferentes integrantes? No debería aplicarse una estrategia más amplia que trate de recuperar el tejido social?

Según la columna del día de hoy de Ackerman, el caso colombiano y el mexicano son muy distintos, en el caso de Colombia, los grupos armados se unieron a la guerrilla en contra del gobierno, en el caso de México, son el Gobierno y el narcotráfico los que se han unido en contra de la población. Para él, la opinión de que el Gobierno debería utilizar a las autodefensas para eliminar al crimen organizado en esa entidad no es aceptable y deberían las autodefensas unirse al pueblo que ha sido victimizado por la colusión de los narcotraficantes con la clase política, a los hermanos indígenas de su entidad y a la sociedad indignada de todo el país, para que todos juntos defiendan la patria y la Constitución de la ambición desmedida de los traidores y oligarcas.

Claro que se podría hacer esto, pero también debemos admitir la necesidad de demandar mecanismos que cambien la prácticas de la política mexicana que son las que han permitido que existan explosiones de violencia y de crimen organizado como las que se han dado en Michoacán, pero también como las que se han dado en estados del norte de nuestro país (en el norte del país también sufren por los cárteles, no hay que olvidarlo).

Que los michoacanos hayan podido empezar a recuperar municipios por ellos mismos no significa que sean los únicos que sufren de los abusos de los cárteles y, si vamos a buscar la manera de combatir los abusos del narcotráfico, se debe hacer también desde la forma, es decir, cambiar las estructuras gubernamentales que hacen posible el crimen organizado. Por ejemplo, una de las prácticas que han permitido que el Estado tenga vacíos de poder y que el crimen organizado los ocupe es la corrupción, y la corrupción es una práctica que permea todos los niveles de la sociedad mexicana, desde los puestos más altos de los políticos hasta los oficios más humildes de la sociedad, pero mucha corrupción podría evitarse con mejores salarios (para el país en general) y mayores oportunidades de salud y educación. Es por eso que tendría que establecerse una estrategia integral  y no solamente encarcelar a las mayores figuras de cualquier grupo criminal (incluidos funcionarios corruptos), ya que encarcelar a uno no cancela la posibilidad de que otro, quien sea, ocupe su lugar.

***Vía La Jornada, MVS Noticias

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