Aunque el país no está en llamas, como dijo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y cada enfrentamiento que ocurre en el país es considerado como un simple hecho aislado, nunca está de más estar bien equipado.
Por lo anterior, desde que Enrique Peña Nieto llegó a la presidencia, México ha gastado cerca de 3 mil 500 millones de dólares en equipo militar… obviamente a su principal proveedor: los Estados Unidos, según publica The Washington Post.
De acuerdo con un alto funcionario estadounidense, aunque al comienzo de su mandato EPN intentó enfocar su administración en asuntos diferentes a la seguridad, con el tiempo se dio cuenta que era inevitable abordar el tema… y después le agarró gusto: comenzaron por comprar lo equivalente a seis millones de dólares sólo en balas de 5.6 milímetros, “ese caso rompió el hielo… Vieron nuestra respuesta y lo que les podíamos dar como socios en las ventas militares extranjeras. Y les gustó”, señala el funcionario que pidió mantener el anonimato.
Otro más de los referidos en el reportaje firmado por el periodista Joshua Partlow -Íñigo Guevara Moyano, consultor de defensa mexicano con base en el país del norte-, añadió que la mayoría de las compras se han hecho directamente al gobierno estadounidense (aproximadamente 1.5 mil millones de dólares), pero también se han hechos compras a empresas privadas, a las cuales se les han hecho encargos equivalentes a 2 mil millones de dólares.
Entre las compras destacan las dos docenas de helicópteros Blackhawk, así como un encarguito de 2 mil 200 vehículos Humvees, los cuales fueron destinados a la Fuerza Aérea, la Marina y el Ejército… todo con miras a darle batalla a grupos criminales como el Cártel de Jalisco Nueva Generación… que también ha de estar bien equipado: sólo hay que recordar que el mes pasado consiguieron derribar a un helicóptero del Ejército.
En el texto titulado “What’s behind Mexico’s military buying binge?” también se pone énfasis en las críticas que ha recibido el gobierno estadounidense al continuar vendiendo armamento a un país cuyo respeto a los derechos humanos continuamente se pone en tela de juicio. Para este punto Partlow hace referencia al caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, así como a la masacre realizada en Tlatlaya, en donde 22 civiles fueron asesinados por elementos del Ejército mexicano.
El Washington Post señala que investigadores como John Lindsay-Poland hacen hincapie en que ya que Estados Unidos es el líder de la región, debería ayudar de otras formas a países que enfrentan escenarios violentos como el mexicano y no sólo mediante la venta de armas, ya que estas los ciudadanos de estas naciones además de vérselas con los grupos criminales tienen que lidiar con “el abuso de policías y soldados”… y luego bien armas, peor.
Claro que también hay quienes piensan que no se trata de no abastecerse de armas… sólo de encontrar un equilibrio: “tener más Humvees no afectará al respeto por los derechos humanos”, concluye el texto de Partlow citando al analista de seguridad, Alejandro Hope.