Tuvieron que pasar 50 años para que un organismo del gobierno mexicano confirmara que lo que sucedió en 1968 en Tlatelolco fue un crimen de Estado. No se sabe a ciencia cierta cuántas personas murieron en aquella tarde, tampoco se han enjuiciado a los culpables, ni se ha avanzado mucho en el caso; pero algo sí es cierto: la historia se ha repetido en nuestro país.
Marchas, manifestaciones y represión. Violenta represión. Muertos, heridos y decenas de desaparecidos han sido el final de más de un movimiento social en México después de 1968. Acá solo te contamos algunos de los más recordados.
El Halconazo
Tan solo tres años después de la matanza de Tlatelolco, la historia se repitió. El 10 de junio de 1971, cientos de estudiantes fueron atacados a tiros por un grupo paramilitar —de ahí el nombre de los Halcones— sobre la calzada México-Tacuba. Se estima que ese día asesinaron a 120 personas del movimiento.
Los jóvenes marchaban por la liberación presos políticos, la derogación de una Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Nuevo León, la desaparición de grupos porriles de las universidades, el fin de la represión, la democratización de la enseñanza y por mayor presupuesto en educación superior.
Aguas Blancas
En 1995 las cosas en Guerrero no estaban muy tranquilas. En mayo, la Organización Campesina del Sur le pedía al gobernador —Rubén Figueroa Alcocer— que sacara al ejército y a la policía de la sierra. El vocero del grupo desapareció una semana después.
El 28 de junio, los campesinos se dirigían a un mitin en Atoyac de Juárez. El objetivo: la presentación con vida de su vocero. Todo era normal hasta que se encontraron con un retén de la Policía Judicial del Estado en el vado de Aguas Blancas. Los policías pidieron que bajaran de los camiones y ahí, sin armas y a quema ropa, murieron 17 campesinos y otros 23 quedaron gravemente heridos.
Acteal
El 22 de diciembre de 1997 en la comunidad de Acteal en la región de Los Altos en Chiapas fueron asesinados 45 miembros de la comunidad indígena dentro de una iglesia, entre ellos había niños y mujeres embarazadas.
“Una consecuencia de la política oficial seguida para castigar y desarticular a los indígenas”, escribía Jesús Ramiro Cuevas en La Jornada para encontrarle explicación a este crimen de Estado.
La versión oficial dice que este fue un pleito étnico entre la comunidad. Sin embargo, han encontrado casquillos de bala de uso único del ejército y otras tantas evidencias de que “los paramilitares” de aquella noche estaban protegidos, armados y hasta transportados por las autoridades mexicanas.
Tlatlaya
Ejecuciones: un oscuro emblema del México contemporáneo. La noche del 30 de junio del 2014, en Tlatlaya, Estado de México, fueron asesinados 22 presuntos delincuentes. La versión oficial es que murieron en un conflicto armado con el Ejército después de que no querían rendirse.
La versión oficial ya fue desestimada. De acuerdo a la CNDH, los militares ejecutaron a 15 personas de las 22 y luego, al puro estilo de crimen de Estado, alteraron la escena del crimen “con la intención, muy probablemente, de simular que las muertes habían ocurrido en un contexto de enfrentamiento”.
Hace apenas unas semanas, un juez tuvo que pedirle a la PGR que reabriera el caso. De acuerdo al Centro Prodh, debido a la investigación fallida de la Procuraduría, es la fecha que no hay ninguna persona rindiendo cuentas ante la justicia.
Ayotzinapa
La noche del 26 de septiembre del 2014 quedará marcada para siempre en la memoria de Guerrero y de todo México. Aquella noche, la policía municipal y estatal de Iguala colaboró en la desaparición de 43 estudiantes.
El caso de Ayotzinapa sigue muy activo. Apenas unos días atrás, padres y familiares marchaban pidiendo el regreso de los jóvenes o encontrar la justicia pedida desde hace casi un lustro.
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Esos son solo algunos de los casos más reconocidos en la historia de nuestro país. A 50 años del 2 de octubre de 1968, es momento de recordar lo sucedido ese día y saber también, que esas matanzas y crímenes de Estado se han vuelto a repetir.