Las prisas… quién no ha pagado de más, escrito algo que no va, enviado un correo incorrecto, declarado unos cuántos millones menos. A todo mundo le pasa.
Luego de una investigación, Buzzfeed reveló que el aún no declarado próximo gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, cometió un error de dedazo en su declaración “3 de 3”, la cual los políticos gustan de hacer –nomás por pura faramalla– en épocas electorales.
De acuerdo con lo recogido en el Registro Público, el primo de EPN adquirió en 2016 una casita de 700 metros cuadrados de extensión… un esfuerzo que no pudo hacer él sólito (qué político puede), por lo que la compró bajo el régimen de copropiedad con Carlos Enrique Maza Urueta, posiblemente tío de su esposa, María del Carmen Maza Urueta.
En su declaración, Del Mazo aclaró que es dueño del 50% de la propiedad, la cual tiene un valor de 5.3 millones de pesos. Hasta aquí todo bien… si a información fuera cierta. Sin embargo, el detalle está en que el priista no proporcionó números correctos. Según el documento de compraventa, la casa tiene un valor superior a los 31.5 millones de pesos. “Pequeño descuido” en la declaración presentada el 3 de abril, el día en que iniciaron las elecciones: nomás 26.2 millones de pesos de diferencia.
En realidad, los 5.3 mdp corresponderían al 34% de su mitad de la casa. Un descuido financiero, de esos a los que ya están acostumbrados los que conocen a Del Mazo: Como alcalde de Huixquilucan, Del Mazo Maza dispuso que policías municipales sirvieran de escoltas de exfuncionarios… acto no sólo ilegal, sino que ocasionó un daño al patrimonio equivalente a 3.3 millones de pesos. Total, cómo iba a saber que ese dinero sería tomado del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios.
Otra manchita en su manejo de los números está en la falta de comprobación de gastos ejecutados en la construcción y rehabilitación de un jardín de niños. El monto que no se ha podido solventar es equivalente a cerca de un millón de pesos… dinero que se suma a la mala aplicación de recursos del Fondo de Infraestructura Social Municipal, cuyo monto se estima en 1.8 mdp.
También hubo “descuidos” en Banobras
Durante su gestión en el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, Del Mazo también dejó una huella de gastos no justificados. A diferencia de lo que hizo en Huixquilucan, aquí el mexiquense se fue a cifras más grandes: la Auditoria Superior de la Federación estima el daño patrimonial en cerca de 83.7 millones de pesos, repartidos entre mala gestión de fondos destinados a Tecnologías de la Información y Comunicación, contratos asignados de manera irregular y pagos excesivos.