Es el segundo país más poblado del mundo. En él viven más de 1,210 millones de personas, en donde la selección prenatal, el infanticidio, los asesinatos por dote, las quemaduras con ácido, los matrimonios forzoso y las agresiones sexuales son tan sólo algunas de las formas más frecuentes que refleja la violencia de género en la India.
Según la Organización de las Naciones Unidas, en la India, cuatro mujeres son agredidas sexualmente cada hora, pero el caso que finalmente hizo reaccionar al gobierno, fue el de una estudiante de fisioterapia, que fue violada brutalmente por seis hombres el 16 de diciembre del 2012. La víctima, perdería la vida dias más tarde, debido a las heridas internas que le produjo la tortura a la que fue sometida aquella noche.
Miles de personas salieron a las calles, marcharon, compartieron su solidaridad e indignación y el gobierno finalmente comenzó a tomar cartas en el asunto. El primer paso, fue endurecer las penas por agresión sexual. La condena máxima por violación ha pasado de 7 a 20 años de prisión, incluyendo la pena de muerte.
Así mismo se tipificaron como delitos el voyeurismo y el acoso sexual, además de que se crearon tribunales de vía rápida para desahogar con mayor eficiencia estos asuntos.
Ahora, el gobierno indio parece dar un paso más en contra de la violencia de género, al decretar una nueva ley que a partir del 1 de Enero del 2017 obligará a todos los fabricantes de teléfonos móviles a incluir un botón de pánico en sus dispositivos, con el que se alertará a la Policía, así como a familiares y amigos designados con el fin de tener una respuesta inmediata en casos de peligro o seguridad.
India es uno de los países con mayor número de teléfonos móviles, superando los mil millones de usuarios. Pero para contar con este nuevo programa de seguridad no será necesario contar con un nuevo teléfono, pues en caso de que el dispositivo no cuente con el llamado botón de pánico, bastará con apretar las teclas 5 y 9 durante algunos segundos, para que la alerta se emita a los servicios de seguridad.
Si bien, esta podría parecer una buena medida para combatir la violencia de género, nos queda claro que lo ideal, sería procurar la educación y la cultura, para que algún día, ninguna mujer necesite tener un botón de pánico, para sentirse segura.