Un cielo ennegrecido fue el escenario perfecto que recibió a la comitiva del Papa Emeritus y sus Nameless Ghouls quienes arribaron al Distrito Federal luego de haber oficiado sendos rituales en Monterrey y Guadalajara. Era el turno de los chilangos de escuchar de cuerpo presente la misa negra que oficiaría Ghost.

Una fuerte granizada fue el preámbulo con el que todas las huestes del mal se enfrentaron pero no se amedrentaron para llegar al Jose Cuervo Salón que este día se convirtió en la catedral maligna para este ritual.

Apenas dieron las 7 de la noche y ya tomaba el escenario Yokozuna, encargados de iniciar los riffs esta noche (en Monterrey lo haría Maligno, mientras el Guadalajara el turno fue para S7N). Los hermanos Tranquilino sacudieron el recinto a punta de Rock con volumen alto y distorsión. El Arturo Tranquilino echando los riffs a través de las bocinas, blandiendo una grandiosa Gibson SG de doble brazo, similar a aquella usada por Jimmy Page y otros tantos. Mientras tanto el Antonio Tranquilino, aporreaba los tambores como si fueran los últimos sobre la tierra. En su set sonaron temas como “Sangre Llama Sangre”, “Quiero Venganza” y “Prometea”. El público que muchos pensaban sería difícil y hasta agresivo, respetuosamente escuchó a la banda, si bien no los vitoreó mucho sí lanzó algunos gritos y aplausos de aprobación.

El fondo del escenario simula vitrales de una catedral maldita, tras los sonidos de Jocelyn Pook y su baile de máscaras (un tema en el que se incluye cantos rumanos al revés de una liturgia ortodoxa y que además aparece en la película de Stanley Kubrick, Eyes Wide Shut).

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Después de un “Buenas noches México” en español, el Papa Emeritus II, daba inicio desde el púlpito/escenario a la misa con “Infestissumam”, una gran amenaza, el canto que profiere “el más hostil”, el mismísimo anticristo que está blasfemando esta noche contra el creador del paraíso. Le sigue “Per Aspera ad Inferi”. El Papa blandiendo su báculo oficiaba la misa, con el nos indicaba el difícil camino al infierno. El baterista parecía que tocaba de pie pero más bien es tan alto que sobresalía mucho entre sus tambores, ubicados totalmente del lado izquierdo del altar/escenario. El sonido que había comenzado bastante tímido, ya para entonces era impecable. El recinto con un buen lleno y los acólitos que habían llegado a recibir la hostia satánica se encontraban en un trance infernal.

Llegaba “Ritual”, uno de los temas más conocidos del Opus Eponymous, la placa que puso a Ghost sobre la faz del mundo musical. La gente entusiasmada brincaba frenéticamente al ritmo que marcaban los riffs de los guitarristas. Todos se unían en un coro satánico invocando al amo de la oscuridad. Hacia el final del tema, el Papa dirige el coro que emula la guitarra de estos anónimos Nameless Ghouls. El siguiente canto del evangelio negro es “Prime Mover”, que narra la concepción del anticristo por medio del arquitecto siniestro, quien mediante su sangre tóxica posee a una monja dentro de un claustro.Las matas se agitan por doquier con este oscuro tema. Un ambiente de carnaval perverso comienza con “Secular Haze”, una especie de vals que nos pretende ahogar en un tormentoso mar, buscando nuestro paso del terror a la cálida aceptación de la muerte. Continúan con “Satan Prayer”, otra de las favoritas del Opus Eponymous, el comienzo de esta oración infernal invoca a aquel procreado por la maldición de la humanidad, encarnado para desatar el infierno sobre la tierra, quien está sentado a la izquierda de El Maligno cuyo reino no tendrá fin. Una letra satánica coreada por más de 1500 personas en un país mayoritariamente católico y guadalupano entre luces que se tornan azul y rojo.

Al ritmo de “Con Clavi Con Dio” se desata la locura. El bajo destaca en este tema en el cual el Papa Emeritus II aparece en escena con un incensario que extrañamente no huele a azufre. Para el siguiente momento del ritual se entona“Elizabeth”, y la húngara que hizo pacto con Satán, despreciaba a la humanidad y tenía sed de sangre se materializó en esencia infernal en este concierto, mientras los pequeños ojos blancos del papa apenas brillan con un fulgor diabólico.

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“Son una gran audiencia México. Les tenemos un regalo. Pero necesitan estar callados y quietos” anunciaba el prelado satánico. “Den la bienvenida a las hermanas del pecado” al tiempo que un par de monjas (no actrices, no strippers disfrazadas, ¡unas monjas reales!) aparecen en el escenario, el Papa les hace reverencias para que bendigan la carne y sangre del hijo de Dios que serán consumidas (simbólicamente) en un rito necro-blasfemo-canibalista y se retiran. Las cruces continúan invertidas con “Death Knell”, deletreando el nombre de Satán 666 veces, un pesado tema provoca el headbanging en slow motion.

Uno de los momentos más especiales de la noche oscura fue cuando interpretaron un cover del mejor de los Beatles, George Harrison. “Here Comes the Sun” jamás había sonado de forma más oscura y maligna. Seguro al buenazo de Hari le estaba dando el ataque al escuchar esta oscura versión que irónicamente anunciaba la llegada del sol. El Papa dice que no olvidemos la fiesta y nos pongamos a bailar al ritmo de “Stand by Him”, la noche de la bruja arribaba con todo para danzar en el Sabbath, alrededor del fogón infernal, ahí junto al Gran Astado. Emeritus II se retira a sus aposentos para que los Nameless Ghouls se queden a sus anchas para hacer de las suyas en “Genesis”, tema instrumental. Hacia el final de la velada sonaba otro de los grandes hits de esta curia maldita: “Year Zero” invocando a las 6 potencias infernales, Belial, Behemoth, Belcebú, Asmodeo, Satanás y Lucifer para que llegue el año cero, el principio del fin. Todo el salón es un gigantesco aquelarre, los cuerpos se agitan en un frenesí satánico. El Papa dirige unas palabras a su rebaño “Gracias México, han sido espléndidos, deben saber que si tienen fantasmas, podrán tener todo, no olviden a este amigo de Texas, su nombre es Roky” y de inmediato entonan “If You Have Ghosts” del loco genial Roky Erickson, otrora líder de los 13th Floor Elevators.

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El escenario se queda a oscuras unos momentos, sólo para que la banda vaya tras bambalinas y reaparezcan para a sacar de su tumba a la reina zombie que se desvanece en tiempo y esencia, El tema es iniciado por el tecladista y tras la segunda parte la gente despierta de la hipnosis zombieal ritmo de una especie de surf maligno.

Para el gran final el maligno sacerdote dirigió sus últimas palabras al público mexicano. “Les pedimos disculpas por habernos tardado tanto en venir, pero ¿valió la espera?”, un rotundo y multitudinario “sí” fue la respuesta. “Cantan muy bien juntos y en esta última canción será su oportunidad de demostrarlo. Han sido una gran audiencia. Tuvimos una semana genial. Muchas gracias México”. Y así se entona el último cántico diabólico de la noche, “Monstrance Clock”.

El reloj marca la hora final. La misa ha terminado. Podemos ir en maléfica paz. Bien satanizados mientras todos entonamos el evangelio blasfemo “vamos todos, todos juntos como uno solo” hasta que la luz se vuelve a apoderar de la oscuridad.

T: IvanNieblas

Fotos: Diego Figueroa

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