Por tercera vez en este año, las protestas contra la presidencia de Dilma Rousseff se hacen notar en las calles de Brasil, en donde miles de personas salieron ayer domingo con una consigna: la salida de la ejecutiva e, incluso, exigiendo su desafuero.
En Rio de Janeiro multitudes desfilaron por Copacabana, cuestionando la actual situación económica de su país, además de los varios actos de corrupción que en los últimos meses han salido a la luz y en los que se han visto involucrados miembros de administración de Rousseff.
Lo visto en Rio se repitió en varios estados más del país sudamericano: Belo Horizonte, Belém, Recife, Salvador, Ribeirão Preto, Maceió, Florianópolis, Rio de Janeiro y Brasília, entre otros, en todos solicitando el “Impeachment”, proceso por el cual se le pide al Congreso Nacional la anulación del mandato presidencial. Entre las razones por las que mencionado proceso puede ser aceptado están: que el Ejecutivo haya incurrido en crímenes comunes (como homicidio o robo) o se le comprueben crímenes de responsabilidad, que pueden ser desde faltas en su administración hasta actos que pongan en riesgo la seguridad nacional.
De acuerdo con O Globo, uno de los medios más importantes de Brasil, la protesta fue organizada a través de las redes sociales por organizaciones de centroderecha como Vem Pra Rua, Brasil Livre, Revoltados Online y União Contra a Corrupção. Es la tercera vez en este 2015 que las protestas contra la presidenta Dilma convocan a miles a las calles.
Para esta ocasión, el Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB) fue el principal convocante para las protestas, esto a través de spots emitidos en televisión. Del PSDB es el político Aécio Neves, quien fuera derrotado en las pasadas elecciones presidenciales.
Los más de 800 mil manifestantes mostraron su rechazo a la devaluación de la moneda nacional (real), el incremento de precios, la corrupción, así como la escasez de empleo. Aunque masiva, las autoridades estiman que fue menos la participación en comparación a lo que se registró en 2014, cuando la gente salió a las calles para protestar contra los gastos excesivos en los preparativos para el Mundial de Fútbol.
El llamado “impeachment” no es sólo una ocurrencia. En Brasil ya hubo casos en que este proceso se hizo efectivo; el más reciente fue el del ex presidente Fernando Collor de Mello, quien en 1992 fue cesado de su cargo al verse involucrado -él y allegados- en diversos actos de corrupción. Además de ser destituido de la presidencia, Collor de Mello fue inhabilitado por ocho años para acceder a cualquier cargo de elección popular.