La muerte de una persona en un lugar en el que el sano esparcimiento tendría que prevalecer, siempre es lamentable. Pero aún más cuando se da en circunstancias tan absurdas como la siguiente.
Resulta que viernes pasado un proyectil provocó la muerte de un aficionado que asistió al estadio de Arruda en Recife, Pernambuco. Hasta aquí es una noticia triste, pero “normal”. Sin embargo es el proyectil que causó el deceso después del partido entre el Santa Cruz-Paraná, el que le da una calidad notoria al suceso: nada menos que un retrete.
Así es. Seguramente Paulo Ricardo Gomes, un joven de 26 años, nunca se imaginó encontrar la muerte al asistir a un simple partido de la Serie B de la liga brasileña… y menos de la forma en que lo hizo: en una lucha de proyectiles, aficionados del equipo visitante terminaron por responder a los ataques lanzando un retrete que previamente fue arrancado de los baños del estado del equipo Santa Cruz.
Tal como puede verse en el video, el pesado artefacto cayó de la nada, produciendo la muerte instantánea del hincha local, además de heridas en algunos de sus compañeros:
Tras los hechos la Confederación Brasileña de Fútbol (CFB) decidió suspender temporalmente las instalaciones del estadio, además de que el procurador del Tribunal Superior de Justicia Deportiva (TSJD), Paulo Schmitt, anunció que presentará una denuncia contra el club Santa Cruz.
Pese a que supuestamente hubo 16 cámaras de seguridad que registraron el incidente y que horas después la policía detuvo a un miembro de la “barra brava”, no se tiene la certeza si éste fue el implicado en el homicidio.
Además de lo lamentable del incidente, a menos de 40 días de celebrarse la Copa del Mundo, la prensa vuelve a cuestionar la seguridad que se proporcionará en el evento internacional… A este paso, durante el Mundial no habrá servicio de sanitarios en los estadios.