En Japón podemos ver lo peor del sistema neoliberal en micro, y es que subcontratistas que realizan las obras de descontaminación radioactiva en Japón contratan a vagabundos a los cuales les pagan salarios menores que el salario mínimo japonés e incluso los convierten en deudores.
Si algo es una noticia que recibimos de Japón constantemente es de los desastres que siguieron después de la catástrofe de Fukushima hace ya tres años. Las labores de limpieza se han visto retrasadas y es que no hay suficiente personal para realizarlas.
Pero bueno, después de un escándalo en el cual se acusaba a los Yakuza (la mafia japonesa) de suministrar indigentes para trabajar limpiando la planta nuclear, la agencia Reuters llevó a cabo una investigación especial y reveló los esquemas opacos de la manera en que se organizan las labores de limpieza.
¿Qué tan opacos podrían ser estos procesos? Bueno, digamos que parecen obras hechas por el Gobierno mexicano ¿en qué sentido? De las 733 compañías que están involucradas (por lo menos en las 10 principales ciudades contaminadas) 56 de ellas (todas ellas subcontratistas) realizan obras con un valor de 2.5 mil millones de dólares, el pequeño detallito es que todas ellas deberían ser excluidas de las obras ya que no están controladas por el Ministerio de Construcción.
Así mismo, otras cinco empresas ni siquiera han podido ser identificadas pues no están registradas no tienen números de teléfono, ni página web, bueno ya ni siquiera un grupo de Facebook. Entonces, entre la intervención de los grupos criminales y la corrupción (pues quién hace una licitación con empresas inexistentes a menos que sea un giro chueco) la limpieza del desastre de Fukushima a expuesto algo terrible en Japón: que sus autoridades laboran como autoridades mexicanas.
Una de las cosas más descabelladas que han pasado en todo este oscuro proceso ha sido la utilización de vagabundos. Según Reuters ni siquiera la tercera parte del dinero que el gobierno japonés manda para realizar las obras de descontaminación llega a los obreros, la mayor parte de él se queda en los subcontratistas, quienes pagan a los obreros cerca de 6 dólares la hora, cuando el salario mínimo oficial que ordenó el gobierno para trabajar en Fukushima es de 6.5 dólares por hora (por cierto, esto es más o menos el salario mínimo nuestro, sólo que nosotros ganamos en un día lo que los vagabundos japoneses ganan en una hora 🙁 ).
Pero si esto es injusto, en muchas ocasiones, los trabajadores terminan debiendo dinero a los subcontratistas, pues de su pago se les descuenta dinero para la comida, el alojamiento, la lavandería, etcétera.
Por si fuera poco, de todos modos sufren de carencia de mano de obra, ya en plantas como la de Daiichi, se necesitan 12 000 obreros para limpiarla, pero hasta ahora sólo laboran 8 000.
