Para que no digan que nomás acá las opiniones se dividen de un extremo a otro: en Bolivia, con esto que acaba de pasar con la expresidente Áñez, unos dicen que nomás se está haciendo la “vistima”… para otros, es una muestra de las amenazas en contra de la oposición.
Jeanine Áñez intentó quitarse la vida debido a un cuadro depresivo que se agudizó luego de enterarse de la posibilidad de enfrentar un nuevo cargo penal en su contra (genocidio) y, además, de la amenaza de un proceso en contra de su hija, Carolina ribera.
“Está siendo hostigada, perseguida, amenazada y lo que le afectó muchísimo es que me quieran hacer algo a mí”, señaló Ribera, luego de salir del penal de Miraflores, donde Áñez se encuentra recluida.
El viernes pasado, el Ministerio Público de Bolivia solicitó al Tribunal Supremo iniciar un juicio en contra de Jeanine Áñez por el cargo de genocidio, lesiones graves y leves y, además, lesión seguida de muerte. Este nuevo proceso –indica la BBC– tendría relación con lo ocurrido en noviembre de 2019, cuando en localidades de Cochabamba y La Paz, murieron 20 personas y decenas más resultaron heridas durante la crisis política y social desembocada tras la llegada de Áñez al poder.
El juicio por genocidio contra Jeanine Áñez está en “veremos”, toda vez que éste debe ser autorizado por la Asamblea Legislativa Plurinacional. Desde hace cinco meses la expresidenta de Bolivia está en prisión preventiva por los delitos de terrorismo, sedición y conspiración… pero el nuevo cargo propuesto por el Ministerio Público colocaría una losa más pesada a la exmandataria.
Preocupa la salud de Áñez
Si de por sí tener el peso de la justicia prácticamente encima ya sería razón para romperse, los abogados de Jeanine Áñez acusan que la salud de su clienta está deteriorada (más) debido a los medicamentos que se le suministran en prisión.
De acuerdo con El Diario de Bolivia, Luis Guillén, abogado de Añez, acusa que ésta trató de quitarse la vida debido a que presentaba un cuadro de depresión aguda y síndrome de pánico a raíz de la combinación de los medicamentos neuryl y alpazolam.
Por lo anterior, diversas organizaciones ya están checando la responsabilidad del gobierno de Bolivia en la salud de Áñez. Incluso las representaciones diplomáticas de Estados Unidos y la Unión Europea quieren saber cuál es el estado de salud de la exmandataria.
Por su parte, el gobierno de Bolivia, por vía del ministro Eduardo del Castillo, informó que, en efecto, Áñez trató de “autolesionarse”… pero que sólo resultó con algunos “rasguños” en uno de sus brazos. Las autoridades aseguran que la expresidenta está “completamente estable” y que las lesiones que presenta son “superficiales”.