Por Paulina Madrigal

Los océanos cubren 70% de la superficie terrestre y proporcionan al menos 50% del oxígeno del planeta; asimismo, regulan la temperatura de la Tierra, entre otras funciones fundamentales. Así nos lo recuerda la Organización de las Naciones Unidas en el Día Mundial de los Océanos, el 8 de junio.

¿Y tengo algo que ver con los océanos?

En este texto precisamente vamos a analizar la relación que tenemos con los océanos.

Probablemente muchos relacionen el mar con sus vacaciones, con el lugar en el que viven o con imágenes paradisiacas lejanas. Pero los océanos comienzan en la casa, en el trabajo, en el campo, en la industria. ¿Cómo puede ser esto así?

Tanto materiales como sustancias pueden viajar por las tuberías o por la superficie desde cualquier lugar del mundo y desembocar en nuestros mares generando contaminación marina.  

Los desechos municipales e industriales llegan por medio de los ríos o se descargan directamente en el océano abierto (AV Botello, 2016).

Según Greeenpeace,  los mares y océanos son receptores de hasta 12 millones de toneladas de basura. Pero además de los plásticos y microplásticos (fragmentos de menos de 5mm), existen otros contaminantes como: 

  • Plaguicidas y herbicidas.
  • Fertilizantes y detergentes.
  • Productos químicos tóxicos (metales pesados, medicinas, etc.).
  • Hidrocarburos.
Las consecuencias son impresionantes

¿Has escuchado de las islas de plástico? Hay tanto plástico en el mar que las corrientes marinas han arrastrado millones de partículas de plástico hasta formar islas. Se pueden apreciar bolsas, botellas, redes de pesca, desechables, partes de máquinas y mobiliario, y un gran etcétera. Una de las islas tiene una superficie de 1.6 millones de kilómetros cuadrados: es la isla de plástico del Océano Pacífico (eacnur.org).

La eutrofización se refiere al exceso de nutrientes como fósforo y nitrógeno. Éstos han llegado ahí en gran parte por actividades humanas agrícolas e industriales.

La acidificación de los océanos según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo “en los cerca de 150 años transcurridos desde la Revolución Industrial, el pH promedio en la superficie de los océanos ha descendido alrededor de 0.1 unidad. Este cambio aparentemente insignificante representa un aumento del 30 por ciento en la acidez de los océanos en comparación con la época preindustrial”.

Las inundaciones y erosiones costeras ya que el nivel del mar está subiendo. La biodiversidad de las costas se ha visto afectada negativamente por la contaminación marina y por el desarrollo urbano en estas zonas. Sé que nos parece maravilloso tener unas vacaciones al pie del mar en hoteles gigantes que invaden la zona costera; sin embargo, los manglares, las playas, las dunas, los bosques costeros tienen funciones muy importantes como prevenir la erosión y las inundaciones. Difundamos la importancia de la preservación de los ecosistemas por el bien de todos. 

La reducción de la concentración de oxígeno.  Como resultado del calentamiento del mar, la concentración de oxígeno ha disminuido en los últimos 50 años.

Desafortunadamente, todo lo anterior va acompañado de pérdida de la biodiversidad ya que las especies marinas no cuentan más con las condiciones adecuadas para sobrevivir y mantener sus ciclos biológicos. Esto es algo evidente; probablemente, es lo que conecta más con nosotros como seres humanos que admiramos el mar y sus maravillosos colores, especies, formas, potencia, etc. 

¿Qué podemos hacer?

Ahora que tenemos claro que el mar comienza en la casa, en el trabajo, en el campo o en la industria, podemos actuar diariamente para rescatar los océanos desde distintos espacios.

Nuestro plato: comer más plantas y menos animales, más local y menos importado, menos empaquetado.

El guardarropa: disminuir el consumo de ropa y eligiendo prendas con textiles biodegradables y evitar el consumo de ropa denominada fast fashion. 

La limpieza de nuestros espacios: utilizar productos biodegradables.

El consumo: optar por productos a granel y rechazando los productos desechables.

Nuestro cuidado personal: evitar todos los productos que traen como los exfoliantes a base de microesferas de plástico, ya que se vuelven un problema de contaminación por plásticos.

Y nuestros residuos: asegurar de que se van a reciclaje o al compostaje para evitar que lleguen a tiraderos al aire libre y contaminen cuerpos de agua.

El transporte: usar racionalmente el automóvil y preferir trasladarnos sin emisiones como caminando o en bicicleta, siempre que nos sea posible.

Entretenimiento: comprender que si amamos la naturaleza la dejamos en su lugar, no la ponemos en cautiverio. Aprendamos a apreciar a las especies sin poseerlas.

A una escala política y económica exijamos los cambios necesarios para proteger a los océanos. Algunas medidas que se han sugerido desde hace muchos años son: preferir las energías renovables, preservar los ecosistemas por encima de actividades extractivas, adoptar medidas agresivas para reducir los gases de efecto invernadero, promover la restauración, proteger las zonas naturales, prohibir el uso de microesferas de plástico, fomentar medidas de economía circular, entre otras.

Hace muchos años se pensaba que había tanta agua en el mar que se podía disolver todo. Ahora tenemos pruebas de que esto no es así. No importa desde cuál país se genere la contaminación, el problema viaja por todo el planeta y termina por afectarnos a todos.

Seamos parte de la solución. Piensa: ¿por qué es importante para ti el mar? ¿Cuál es tu relación con los ríos, lagos, mares, océanos? ¿Qué te conecta con la vida marítima? ¿Qué te gustaría redefinir para prevenir y mitigar la contaminación marina?

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Paulina Madrigal 

Instagram: @pauzerowaste

Podcast: @ideasagranel

Consultora en Economía Circular: @procedes.mx  www.procedes.mx

Bibliografía

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