No queremos encender las alarmas, ni decir que las cosas están a punto de arder, pero si Christine Lagarde, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) dice que los mercados emergentes tienen que ponerse las pilas porque se vienen tiempos difíciles, sí hay que enterarnos de lo que sucede.
Mientras Lagarde daba una conferencia en las playas de Bali —sin comentarios— dijo que todos los responsables de las políticas económicas en los mercados emergentes tienen que “usar todas las herramientas” posibles para contener las fugas de capital. Según el FMI, que Estados Unidos se haya puesto bravo con los aranceles y organizara una guerra comercial contra China, “inevitablemente” complicará la situación. “Algunas de las amenazantes nubes grises han comenzado a oscurecerse aún más”, decía Lagarde. Daaaaamn.
La boca de profeta se le cumplió al FMI pues llevaban ya algunos años aconsejándole a los países emergentes que establecieran reservas por si surgía algún problema.
De acuerdo a los periodistas de El Financiero, estos momentos reavivaron los recuerdos de la década de 1990, pues en esos años el FMI y el Banco Mundial tuvieron que intervenir con todo para aliviar crisis económicas e Asia y Latinoamérica.
En este 2018, el FMI ya tiene preparado un rescate de 57 mil millones de dólares para Argentina y están considerando otro para Pakistán, que pidió 7 mil millones. El temor entre los analistas internacionales es que esto solo sea el comienzo y que otros países se metan en problemas similares. Particularmente, la salud financiera de Turquía, Sudáfrica y Venezuela les anda quitando el sueño.
Sin embargo, todavía no es hora de entrar en pánico.
Los funcionarios del FMI dicen que no hay evidencias de “contagio” entre los países emergentes. Según las declaraciones retomadas, los inversionistas mundiales sí están diferenciando entre qué países andan bien y cuáles han tenido mejores días.
*Con información de James Politi y Stefania Palma // El Financiero