El pasado 19 de diciembre, el periodista Gumaro Pérez fue brutalmente asesinado en Acayucan, Veracruz, mientras se encontraba en la escuela de su hijo, esperando presenciar el festival de navidad. De inmediato las expresiones de exigencia de justicia y solidaridad con el gremio periodístico se hicieron sentir, tanto de organizaciones nacionales como internacionales. Sin embargo, la Fiscalía del Estado negó que la ejecución pudiera sumarse a los casos de asesinatos contra periodistas que se han dado en nuestro país. ¿Por qué?

De acuerdo con las autoridades veracruzanas, fue detectada “nula actividad periodística” por parte de la víctima. Entonces, pese a que se reconoció que Pérez Aguilando sí trabajó en los diarios El Golfo del Pacífico, Diario de Acayucan, Liberal de Coatzacoalcos y Voz del Sur, su muerte está relacionada con cuestiones ajenas al ejercicio periodístico, insinuó la Fiscalía jarocha por medio de un comunicado.

Y si lo anterior desató las críticas, espérense a lo que sigue:

Nuevas investigaciones llevaron a que la Fiscalía -encabezada por Jorge Winkcler Ortiz- pueda asegurar que existen elementos que relacionan a Gumaro Pérez con un grupo delictivo que opera al sur de Veracruz. “Lo anterior se robustece mediante la extracción pericial de datos, imágenes y conversaciones obtenidas a partir de su aparato telefónico móvil, al cual se tuvo acceso mediando toda formalidad de ley”, señala un segundo comunicado emitido por la Fiscalía.

Siendo más específicas, las autoridades apuntan a que –según registros proporcionados por el área de Prevención y Readaptación Social- Pérez Aguilando visitaba en prisión al líder de Los Zetas en Acayucan, Gil “N”, alias El Negro. Las visitas no eran precisamente para la realización de un reportaje o algo parecido, sino para presuntamente recibir instrucciones por parte del líder criminal.

En entrevista radiofónica, el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, agregó que las autoridades contaban con “capturas de pantalla” obtenidas del celular de Gumaro Pérez, en las que se pueden leer comunicaciones entre el finado y gente del crimen organizado. En uno de os mensajes –según el mandatario” “pide ‘que levanten a su expareja porque ya no la soporta””, en otro solicita que le brinden protección: “necesito que me cuiden porque hay un vato que anda preguntando por mí… y mi mujer anda nerviosa”, especificó. “Me parece que es absolutamente inaceptable el crimen (…) pero cuando se dice que es un periodista y con eso se quiere cubrir (…) entonces si se está creando un escenario de riesgo (…) no todos son periodistas”, declaró Yunes.

En lo que respecta a su trabajo de freelance para el gobierno municipal, Yunes asegura que el edil de la alcaldía le aseguró que Gumaro Pérez no se desempeñaba como tal. Sólo se tiene conocimiento que trabajaba para el diario, el cual ni siquiera se distribuye en Veracruz. “Creo que en Oaxaca”, aclaró el gober jarocho.

Entonces, con los elementos que hasta ahora ha recabado la Fiscalía veracruzana, la línea de investigación del asesinato de Gumaro Pérez ha dado un giro de 180 grados. Ahora se apunta a que “fue ejecutado por un grupo delictivo contrario al que él servía, toda vez que el homicidio no tiene ninguna relación con actividades periodísticas, mismas que el occiso no desempeñaba”.

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