Hace una semana se registraron fuertes lluvias en Hidalgo que provocaron severas inundaciones, muchos daños e incomunicación. En redes sociales vimos fotos y videos de cómo quedó el Hospital del IMSS de Tula, donde lamentablemente murieron varias personas.
Durante una reunión extraordinaria del Comité Estatal para la Seguridad en Salud local, el titular de la Secretaría de Salud, Alejandro Efraín Benítez Herrera, explicó que tras el desbordamiento del río Tula ya se han detectado los primeros casos de diarrea y conjuntivitis.
Explicó que se detectó una nula floración en las redes de agua potable, lo que de no resolverse podría ocasionar un problema sanitario mucho más grave. El funcionario aseguró que ya fue resuelto por el municipio.
Aguas negras y un riesgo sanitario
El secretario de Salud de Hidalgo afirmó que se trata de aguas negras provenientes de la Ciudad de México y si no se atiende el problema de inmediato, la población se enfrentaría a parasitos, cólera, leptospirosis, así como enfermedades gastrointestinales en general. Eso además de la presencia de moscos y fauna nociva.
Por medio de sus redes sociales, el gobierno de Hidalgo anunció brigadas de atención para los municipios afectados, casa por casa, para entregar kits de desinfección de agua y una campaña de información sobre las medidas de prevención de enfermedades.
En específico, en el municipio de Tula, personal realiza estudios de riesgo entomológico y fumigación para evitar que se generen moscos e insectos en las zonas afectadas. Además, el voluntariado de la Secretaría de Salud ha entregado despensas y artículos de limpieza para los afectados.
El asunto es que, de acuerdo con el presidente del consejo directivo de la Sociedad Ecologista Hidalguense, Marco Antonio Moreno, las tareas inmediatas de limpieza que la gente hace en sus domicilios son riesgosas.
Como se trata de aguas negras y residuales de CDMX y el Estado de México, el agua y los desechos pueden contener plomo, provocando severos daños a la salud de las familias.