rrancó la tercera edición del Festival de Novela Negra, Huellas del Crimen, en el centro de las Artes de San Luis Potosí. El evento, inaugurado por el secretario de Cultura y el gobernador del Estado, promete entregar infinidad de emociones no necesariamente agradables pero sin duda inquietantes. El festival, que cuenta con la presencia de 23 autores, tiene entre sus filas figuras de talla internacional escritores John Connolly -autor de la famosa serie de libros del detective Charlie Parker- y John Ajvide Linqvist -principal exponente de la novela negra sueca contemporánea.

Tras el arranque, se presentó la primera de las conferencias magistrales a cargo de la investigadora Feggy Ostrosky, autora de 20 libros y ganadora del Premio Nacional de Investigación de Psicología. Considerando la intención de la tercera edición del festival de poner un especial énfasis en las enfermedades mentales y conductas sociales de algunos personajes, la charla de Ostrosky, titulada Cerebro, Emociones y Violencia no pudo representar un mejor inicio.

“El ser humano es agresivo por naturaleza”, dice de manera retadora la psicóloga mexicana al empezar su conferencia. Aunque claro, explica, existen inhibidores generados en nuestro cerebro -como la ternura- que se encargan de contrarrestar esa violencia. Las preguntas alarmantes llegan cuando estos inhibidores no funcionan en la mente de la persona. ¿Qué pasa cuando los estímulos desagradables se reciben igual -o hasta con mayor placer- que los estímulos agradables? La criminales de la novela negra parecen ofrecer una respuesta. Y es que las conclusiones a las que Ostrosky arriba en el primer día de actividades pueden resultar más inquietantes que cualquier libro policíaco: la línea entre la salud mental y la patología es muy delgada. Quien se atreva a decir que el delincuente es un ser irracional alejado de su órbita que se lo piense dos veces.

El primer día de eventos se cerró con la presentación de la exposición Acacia, muestra fotográfica de Alejandro Gómez de Tuddo. A través de un recorrido de 3 fases por instalaciones de cementerios, capillas funerarias y tumbas, Acacia es la puesta en escena de la metáfora de la vida y la muerte, elementos tan dispares como cercanos.

Imagen: Shutterstock

Huellas del Crimen 3 arranca de manera exitosa generando entre sus asistentes reflexiones importantes en torno a las pulsiones violentas que acechan al ser humano desde dentro. Aunque en el pasado ha sido tachada de género “facilón”,  la novela negra, hoy más que nunca, parece tener una función social trascendental en América Latina. Aportaciones que ciencias como la Psicología o la Neurología puedan brindar en la construcción de personajes no parecen más que mejorar el panorama. Ficción y realidad hoy no combaten, se complementan. En el contexto de un país azotado por el crimen, penetrar en las partes escabrosas del humano resulta no solamente una actividad importante, sino altamente liberadora. A final de cuentas, no es ninguna coincidencia que nos gusten tanto este tipo de historias.

No se pierdan en los siguientes días las fascinantes entrevistas con estos autores de novela negra que estaremos publicando en sopitas.com.

Por Esteban Romero

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