Por ahí en redes sociales nos encontramos con el rumor de que Irán sentenció a muerte a más de 14 mil personas que protestaron por el caso de Mahsa Amini. Pero es falso.
La realidad es que un tribunal en Irán emitió la primera sentencia de muerte contra un manifestante recientemente y es, aunque no son miles, aún así es sumamente grave.
Sentencia de muerte por protestas
El 13 de septiembre Mahsa Amini de 22 años fue detenida por la Policía de la Moral en Teherán mientras caminaba junto con su hermano ¿cuál fue la razón? Llevaba mal puesto su hiyab.
La llevaron a la comisaría y dos horas después de su ingreso le avisaron a su hermano que iba al hospital en estado de coma. El reporte de la muerte salió hasta el 16 de septiembre.
A partir de este hecho miles de ciudadanos salieron a las calles para exigir justicia por ella, por todas las personas muertas a manos de la policía en casos de brutalidad y un alto a la violencia de género.
Hasta el momento, según medios locales, van más de 15 mil personas detenidas por estas protestas.
La agencia de comunicación del Gobierno, Mizan News Agency, anunció el domingo 13 de noviembre que se emitieron sentencias preliminares contra algunos “alborotadores” detenidos en Teherán.
Un hombre que prendió fuego a un edificio gubernamental fue acusada por los delitos de alteración del orden público y la paz, así como conspiración para cometer un delito contra la seguridad nacional, guerra y corrupción de la tierra. Lo sentenciaron a muerte.
Otras 5 personas, acusadas mas o menos de los mismos delitos, fueron condenadas a entre 5 y 10 años de prisión.
Anteriormente la oficina de Reporteros Sin Fronteras de Medio Oriente había advertido sobre la posibilidad de que periodistas fueran condenadas a muerte también.
De acuerdo con RFS, desde el 16 de septiembre —cuando iniciaron las protestas—, la policía iraní ha detenido a al menos 42 periodistas. De ese grupo, 8 periodistas ya están en libertad y 34 siguen tras las rejas —y de este, 15 mujeres están detenidas.
Y va otro dato preocupante: de entre las periodistas detenidas, los casos de Nilufar Hamedi y Elahe Mohammad resultan todavía mááás preocupantes porque han sido acusadas de delitos graves, como propaganda contra el sistema y conspiración contra la seguridad nacional.