Esto no fue una captura, fue una guerra. Queremos justicia”. Ese es el cartel que hizo un habitante de la sindicatura de Jesús María, en Culiacán, Sinaloa, para protestar en el palacio de Gobierno de Culiacán.

Ovidio Guzmán, uno de los líderes de los Chapitos, fracción del Cártel de Sinaloa, fue detenido en esta sindicatura durante la madrugada del 5 de enero. De acuerdo con las autoridades, todo el operativo se hizo para traer paz, pero los habitantes de Jesús María se enfrentaron a un infierno.

Días después de la captura, las cosas se normalizaron poco a poco en Culiacán, pero el tiempo se congeló para la comunidad en la que vivía el Ratón. Quedaron incomunicados por varios días, sin electricidad, sin tiendas, los proveedores no querían entrar, sin internet y con el terror de que los balazos regresaran.

¿Qué efectos psicológicos tendrá el operativo (y lo que sucedió después) sobre los pobladores de Jesús María? o vamos más allá ¿qué afectaciones tendrán los habitantes de todo Culiacán?

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Foto: Cuartoscuro

La zona de guerra

Muchas personas piensan que porque vivimos en Jesús María, donde vivía el Ratón, todos somos narcotraficantes o sicarios a fuerzas. La neta es que no. Todos sabíamos que esa casa era de un pesado y sabíamos de quién, pero pues qué hacemos nosotros. La gente de acá es trabajadora, algunos le hacen a la siembra, otros al ganado, otros se van de jornaleros a otras partes, pero pues no todos le hacemos a eso ni tampoco lo idolatrábamos, uno nomás respeta“.

Mariano, cuyo nombre cambiamos porque así nos lo pidió, nació y creció en Jesús María. Ahora vive en otro estado junto con su familia pero en esos días estaba de visita en la casa de sus papás. Justo en los días del operativo.

Recuerda que el miércoles 4 de enero, una noche antes, todos se fueron a dormir como siempre, nadie sospechaba nada. Pero por ahí de las 4 de la mañana se empezaron a escuchar balazos, explosiones fuertes y había mucho escándalo por todos lados.

Uno de los primeros videos que se hicieron virales en redes sociales, el día que agarraron a Ovidio, fue uno que se grabó en la madrugada, en la oscuridad. Solo se ven luces rojas cayendo a tierra desde un helicóptero.

Poco después nos enteramos que era un helicóptero artillado de las Fuerzas Armadas que estaba disparando como parte de todo el operativo. Milenio difundió un audio en el que policías estatales de Sinaloa piden desesperados que les dejen de disparar desde el aire.

“C4, C4, nos están tirando a nosotros”.

Y así como les fue a los policías, también le fue a los pobladores. Mariano dice que los disparos caían de todos lados. Al día siguiente, cuando algunos salieron de sus casas para ver lo que había pasado, encontraron miles de casquillos tirados. En las casas y en los carros había agujeros de balas.

Si pones atención al video la piel se pone chinita. En el silencio de la madrugada solo se escuchaba la potente ametralladora del helicóptero Black Hawk, las balas cayendo, disparos por todos lado.

Esas horas fueron las peores, parecía que estábamos en la guerra de Irak, así de sencillo […] porque el gobierno fue quien nos hizo esto, no tenía por qué habernos tirado del aire, no estábamos respondiendo nosotros los habitantes que estábamos escondidos en nuestras camas, no estábamos respondiendo en ninguna manera, por qué lo hizo. Nuestros hijos no salen a la calle, mi hija sale temblando, quién va a responder por eso”.

Este es el reclamo de una madre de familia de Jesús María que llegó con muchos otros vecinos al Palacio de Gobierno de Culiacán, el pasado 9 de enero, para exigir justicia y respuestas por parte del gobernador Rubén Rocha Moya.

Afirman que el operativo los dejó sitiados e incomunicados por varios días, con personas desaparecidas y heridas, de hecho, ellos mismos piden la salida del Ejército porque, según denuncian, lo que están haciendo provocar aún más terror.

El reporte de la SEDENA dice que el operativo dejó 29 muertos -entre militares e integrantes del grupo criminal-, además de 35 elementos heridos y varios aseguramientos. La gente de Jesús María afirma que les dejaron más de 100 desaparecidos y algunos cuerpos que no habían podido ser identificados en el SEMEFO.

Balaceras por varios días, carros incendiados, bloqueos, estar encerrados en sus casas sin poder comunicarse con el exterior, sin luz, sin comida, sin tiendas y sin proveedores que quieran entrar a llevar mercancía, militares por doquier… ¿todo esto que vivieron tiene o tendrá consecuencias psicológicas? ¿qué tan graves podrían ser y qué tanto les podrían afectar?

¿Un pueblo con miedo?

Varios periodistas, que en cuestión de horas tuvieron que hacer una cobertura en zona de guerra, documentaron cómo quedó Jesús María y las inmediaciones de la casa donde vivía Ovidio Guzmán.

Ríodoce publicó fotografías de algunas casas: con agujeros en las paredes, balas que entraron por el techo y que hirieron a quienes se escondían.

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Foto: Ríodoce/ Alejandro Monjardín

En la conferencia de prensa del 9 de enero pasado, el secretario de Salud de Sinaloa, Cuitláhuac González Galindo, explicó que ya se habían enviado caravanas de salud a la comunidad de Jesús María para atender a la población.

Afirmó que hasta ese momento se habían dado al menos 60 consultas médicas y se había detectado que los pobladores presentaban estrés postraumático. Es por eso que se enviarían más brigadas de psicólogos.

El día que comenzamos con la primer brigada de atención (en Jesús María) realizamos 60 consultas. Ahí lo que más detectamos fue estrés postraumático, se hicieron algunas curaciones a algunos pacientes, eran lesiones menores. Por otro lado al identificar que los pobladores tienen estrés postraumático el día de hoy se manda también una brigada de salud con diferentes integrantes…”.

Pero ¿qué es el estrés postraumático? ¿se puede detectar así de rápido? ¿cómo fue que lo detectaron? y sobre todo ¿qué consecuencias podría tener a largo plazo?

Para entender un poco más sobre este complejo asunto platicamos con Rogelio Flores Morales, doctor en psicología e investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM.

¿Estrés postraumático?

Es posible, aunque aún es muy pronto para saberlo. Antes de explicar a fondo esa frase, primero hablemos de lo que pasa en nuestro cuerpo cuando nos enfrentamos a un evento traumático, es decir, un suceso que puso en riesgo la vida.

Nuestro cuerpo tiene mecanismos específicos para enfrentar y asimilar eventos traumáticos. La mayoría de las personas tenemos esa capacidad de resiliencia, para lidiar con lo que pasó, digerirlo y seguir adelante. Para algunos no es tan sencillo y necesitan de ayuda extra.

Hay tres principales puntos para poder identificar un evento traumático que afecte a una persona o a un conjunto de personas:

  • Cuando el hecho se vivió de manera directa, es decir, la persona o personas se enfrentaron al suceso en carne propia.
  • Cuando el hecho le está pasando a otros pero la persona lo presencia
  • Cuando el hecho le pasó a un familiar o ser querido.

En Jesús María podemos identificar los tres. Quienes fueron heridos por la balacera en el operativo, a los que les robaron el carro a punta de pistola, etc. Aquellos que estaban encerrados en sus casas pero escuchaban los balazos al exterior. Además de quienes probablemente no estaban cerca de la zona del operativo pero tienen seres queridos que sí. Recordemos que la comunidad estuvo sitiada e incomunicada varios días.

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Foto: Cuartoscuro

Entonces, si ya tenemos que una persona o todo un pueblo se enfrentó a un evento traumático, que se extendió por varios días ¿podemos decir que tienen estrés postraumático? En realidad no es tan sencillo.

El trastorno de estrés postraumático es un trastorno clínico que resulta de un trauma, es decir, una experiencia estresante que pone en riesgo la vida de la persona o de algún ser querido. Cuando vivimos este tipo de situaciones hay varias respuestas que se pueden presentar en las personas. Identificamos al menos 4 principales…”, explica el doctor Flores Morales.

Cuando una persona se enfrenta a un evento traumático, como el operativo para detener a Ovidio Guzmán, los bloqueos y todo lo que pasó después, puede presentar:

  • Síntomas intrusivos, es decir, recueros del evento que no se pueden sacar de la cabeza y que generan mucha ansiedad (pesadillas, flashbacks, músculos tensos, sudoración, dolor de cebada, malestar psicológico intenso). 
  • Síntomas evitativos: evitar recuerdos, pensamientos, personas, lugares o conversaciones a cerca de lo que pasó. 
  • Alteraciones negativas de tipo cognitivo, es decir, tras el trauma comienzo a desconfiar de todos, empiezo a pensar que todo el mundo está involucrado con el narcotráfico, que no se puede confiar en nadie, que todos me van a hacer daño. 
  • Síntomas de hiperactivación, estamos en un estado de alerta frecuente por pensar que algo puede pasar en cualquier momento o que lo que pasó se va a repetir. En el caso de Jesús María, Culiacán o cualquier lugar ‘en zona caliente’ no estamos hablando de una fantasía, un episodio de violencia puede pasar en cualquier momento.

Cualquiera de estos bloques de síntomas van acompañados por miedo, ansiedad y demás secuelas. Pero ¿cómo sabemos cuando una persona tiene estrés postraumático?

Cuando una persona tiene alguno de los síntomas anteriores por más de un mes, entonces puede ser diagnosticado con el trastorno. Ojo aquí: más de un mes con síntomas que no se van o que por el contrario se agravan.

La declaración del secretario de Salud de Sinaloa ocurrió días después del segundo culiacanazo. En este caso, explica el experto, podríamos hablar de síntomas del trastorno solamente, por lo que habría que darle un seguimiento puntual a las personas que lo padecen.

Como lo mencionamos anteriormente, la mayoría de personas son capaces de enfrentar y asimilar un evento traumático por sí solas con el tiempo. Pero aquellas cuyos síntomas no se van y se hacen más graves, necesitan de intervención sí o sí para evitar otro tipo de secuelas como depresión, enfermedades físicas, ansiedad generalizada, etc.

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Foto: Sopitas.com

¿De qué manera se tendría que intervenir?

El 5 de enero pasado elementos de la Guardia Nacional, en coordinación con el Ejército, detuvieron a Ovidio Guzmán, hijo del Chapo Guzmán y uno de los líderes de la fracción de los Chapitos, del Cártel de Sinaloa. Pero no se quedó ahí: hubo todo un operativo para catear la casa que tenía en Jesús María, hubo balazos desde el aire, casquillos por todos lados, bloqueos, etc.

El evento traumático ahí está y se presentó, como tal, al menos para las poco más de 5 mil personas de la sindicatura. Otras miles más se enfrentaron al hecho desde Culiacán y desde otros puntos del estado en donde hubo bloqueos y ataques como respuesta.

Ahora ¿qué se tiene que hacer para atender a la población?

Para empezar, garantizar que esto no va a volver a pasar. Porque de nada sirve tener a toda la población en terapia, con intervenciones psicosociales, trabajando en los síntomas de estrés postraumático, si no saben cuándo habrá otro hecho violento igual o peor, si su vida está en constante riesgo“, afirma el experto.

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Foto: Cuartoscuro/ Omar Martínez Noyola

Luego, como ya lo comenzaron a hacer, hay que tener un diagnóstico. Enviar médicos, psicólogos, trabajadores sociales y demás profesionistas para saber en qué estado está la población, qué necesidades tiene.

A partir de ello se canaliza a las personas que necesitan un seguimiento más puntual, en este caso, psicológico. De todos modos debe haber estrategias psicosociales comunitarias.

¿Y qué pasa si no? ¿si no hay atención o si no hay seguimiento? No podemos decir que toda la población de Jesús María o de Culiacán va a tener estrés postraumático o cualquier otra secuela, pero todo tiene que ver con intervención temprana, a tiempo, para prevenir.

Ya de por sí las personas que viven en zonas asediadas por el narcotráfico y el crimen organizado están en alerta continua: puede haber un estallido de violencia mañana, o en dos semanas o en unas horas. Si una persona está en alerta constantemente y de manera intermitente, se reflejará en su sistema inmune y en su capacidad para enfrentase a este tipo de traumas.

En los testimonios de personas de Jesús María que se manifestaron en el palacio de Gobierno de Culiacán se escucharon “mi hija no quiere salir a la calle“, “los vecinos salimos temblando a la calle“, “no podemos dormir por el miedo a que se repita“, “tenemos miedo de que nos maten“, etc.

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Foto: Cuartoscuro

Por el momento estaríamos hablando solo de síntomas pero, ¿cuántas de esas personas desarrollarán el trastorno de estrés postraumático? ¿cuántas personas podrán lidiar con los síntomas por sí solas en algún tiempo? Habrá que darle un seguimiento puntual…

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Yo soy Gabriela Espinosa, pero díganme Gaby, si no siento que me regañan. Trabajo como reportera y redactora en Sopitas.com desde 2018 y desde entonces me enfoqué, en su mayoría, en hard news. En diciembre...

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